La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y Novartis conmemoran el Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica (LMC), abordando los últimos avances sobre el diagnóstico y la evolución de la patología, así como su impacto en la calidad de vida. En el encuentro participan el Dr. José María Moraleda, Catedrático de Medicina de la Universidad de Murcia, Coordinador de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III, Jefe del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) y Presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH); el Dr. Juan Luis Steegmann, MD PhD Presidente de la Junta del Grupo CML (GELMC) de la Sociedad Española de Hematología, Consultor Senior del Departamento de Hematología y Responsable del Grupo de Terapias Avanzadas de Onco-hematología del Instituto de Investigación del Hospital Universitario de la Princesa; la Dra. Concepción Boqué, Hematóloga del Servicio de Hematología del Instituto Catalán de Oncología, y la Dra. Eva López, Directora Médica de Novartis Oncology en España.
La Leucemia Mieloide Crónica es una enfermedad hematológica que se produce cuando las células de la médula ósea ocasionan la proliferación descontrolada de leucocitos (o glóbulos blancos), incluyendo leucocitos inmaduros. Actualmente, se dispone de tratamientos específicos para esta patología, dirigidos a ralentizar el desarrollo de células leucémicas, y a los que determinados pacientes responden de forma muy positiva, llegando a alcanzar un nivel de células enfermas prácticamente indetectable. En el proceso de abordaje de la LMC, el papel del hematólogo es esencial, en especial a la hora de orientar al paciente y hacer un seguimiento exhaustivo de la evolución de la patología, mediante pruebas y análisis frecuentes y buscando una respuesta molecular temprana, elemental para garantizar la recuperación de las personas que la padecen. Actualmente, la patología muestra una incidencia de entre 1,6 y 2 casos al año por cada 100.000 habitantes, y representa el 15% de las leucemias que se detectan.
Para el Dr. José María Moraleda, la conmemoración de este Día Mundial de la LMC constituye un día de gran relevancia, ya que, tal y como señala, “la Leucemia Mieloide Crónica es el ejemplo paradigmático del beneficio de la investigación traslacional, desde el laboratorio a la cabecera del paciente, y del inicio de una nueva era basada en la medicina molecular y personalizada”, afirma. Así, continúa, “esta enfermedad fue la primera neoplasia en la que se encontró una alteración citogenética específica, la translocación t(9;22) o cromosoma Filadelfia. Este ejemplo de éxito de la investigación realizada por hematólogos en una enfermedad onco-hematológica, que es considerado un hito de la medicina moderna, ha supuesto el comienzo de una nueva era de tratamientos inteligentes y específicos dirigidos a dianas moleculares, y ha tenido un impacto socio-sanitario y económico de primer nivel a escala mundial. Los hematólogos culminaban con éxito una intensa labor de investigación que es la vanguardia y el ejemplo para el desarrollo de la investigación oncológica de nuestros días”.
Últimos avances en hematología y hemoterapia
Como tema central del encuentro, resaltan las principales novedades acontecidas en los últimos años en el área de hematología y hemoterapia. Para el Dr. Moraleda, algunas de las más importantes se dan en el campo del diagnóstico: “cabe destacar las derivadas del descubrimiento de alteraciones genómicas y epigenómicas en la mayoría de las leucemias y hemopatías malignas. Estos marcadores genéticos y moleculares, nos permiten un diagnóstico más preciso de las enfermedades onco-hematológicas y clasificarlas adecuadamente (ahora identificamos muchos más ‘subtipos’ de leucemias y linfomas)”, señala, incidiendo, a su vez, en la importancia de este tipo de avances en el desarrollo de lo que se conoce como medicina personalizada: “estos avances han permitido diseñar tratamientos específicos dirigidos a dianas moleculares, mucho más inteligentes y eficaces, y con menos efectos secundarios, abriendo paso a la medicina personalizada o medicina de precisión, en un modelo que se ha extendido desde la hematología a la oncología en general”.
Según afirma el especialista, la investigación, clave en el desarrollo de nuevos tratamientos, más eficaces y específicos, se encuentra “en un momento fascinante”. “Nuestra especialidad es particularmente atractiva porque tiene la singularidad de tener una doble vertiente clínica y de laboratorio. Esta dualidad indisoluble nos permite hacer diagnósticos clínicos y cuidar a nuestros pacientes, y al mismo tiempo hacer diagnósticos de laboratorio y conocer a fondo la patogenia de las enfermedades, investigar su origen y desarrollo, y establecer biomarcadores diagnósticos y terapéuticos; en definitiva: ser médicos científicos”, apunta.
Como Presidente de la SEHH, el experto señala el elenco de científicos con los que se trabaja desde la asociación, dedicados al ámbito de la investigación y el desarrollo: “desde su fundación, hace más de cincuenta años, una de las misiones de la SEHH ha sido la formación y generación de conocimiento en hematología y hemoterapia. En tal sentido, se han establecido 19 grupos de trabajo dedicados a la investigación básica y clínica, que han desarrollado multitud de ensayos clínicos internacionalmente reconocidos y han aportado publicaciones de muy alto impacto científico. Grupos de trabajo dentro de la SEHH, como el Pethema, el Grupo Español del Mieloma, el Grupo Español de Trasplante Hematopoyético, el GEL-TAMO o el grupo Español de la Leucemia Mieloide Crónica, son ejemplos de referentes a nivel internacional”.
El Dr. Moraleda resume el futuro de la disciplina en pocas palabras, incidiendo en el panorama esperanzador que vislumbra la especialidad: “la hematología en general y los hematólogos españoles en particular son partícipes privilegiados de la investigación traslacional, cuyos últimos avances hacen que podamos enfocar el futuro de nuestros pacientes con mucho optimismo”, finaliza. En este sentido, el Dr. Steegmann recalca el éxito en los avances terapéuticos en la LMC, novedades que “no han venido sólo por la patología, sino que son hallazgos que abrieron el camino para inventar fármacos que ahora son fundamentales en el tratamiento de todo tipo de cánceres. “El objetivo del tratamiento de la LMC gracias a los nuevos fármacos que son más eficaces es conseguir respuestas moleculares rápidas y profundas con el objetivo de eliminar cualquier posible resto de enfermedad, en este contexto hay nueva evidencia de ensayos clínicos en los que es posible suspender el tratamiento en algunos pacientes que consiguen una remisión prolongada, y empezamos a pensar que se puede curar la patología por métodos farmacológicos” afirma el especialista, recalcando el trabajo realizado desde el Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica (GELMC) de la SEHH.
El papel esencial de la comunicación en el abordaje de la patología
Una buena comunicación entre el paciente con LMC y su especialista es esencial para garantizar un correcto manejo de la patología. Así lo considera la Dra. Boqué, quien afirma que la comunicación en medicina no solo es una herramienta útil, sino también eficaz. “Los pacientes necesitan tener información pero también necesitan sentirse atendidos como personas en su globalidad afectiva, somática y psíquica. Apaciguar el miedo que generan las incertidumbres ante toda enfermedad y especialmente ante una leucemia, es una tarea del médico que debe, delicadamente, conseguir la confianza del paciente. Esto se consigue estableciendo una comunicación de calidad que incluye la empatía (compresión), la asertividad (expresión de sentimientos adecuada) y la resilencia (capacidad de conectar afectivamente)”, asegura la experta.
En este sentido, afirma, es necesario “respetar sus valores y adaptar el discurso a sus necesidades, lo que permitirá la toma de decisiones compartidas, y el compromiso del paciente en su propio cuidado. Se trata simplemente de una “buena actitud” que permita sintonizar en lo emocional y en lo cognitivo”. Para la Dra. Boqué, resulta esencial promover iniciativas que, como este encuentro, colaboran en una mayor concienciación social sobre las enfermedades onco-hematológicas y su afectación en la calidad de vida. “Estas actividades son necesarias e importantes, porque se ha demostrado que los pacientes más informados se implican más en la adherencia al tratamiento”, señala la hematóloga.