Sumarse a la ‘Inteligencia’ o morir

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Grayling ha identificado cuatro grandes retos que tendrán que sortear las organizaciones en el próximo decenio para sobrevivir en una era de cambios tecnológicos sin precedentes y que se exponen en el informe Live Smart or Die. El estudio se publica dentro del programa de análisis e investigación Grayling Advantage, creado para responder a algunos de los desafíos más importantes a los que se enfrentan empresas y entidades en los ámbitos de la reputación corporativa, la comunicación y el cumplimiento regulatorio.

Danica Ross, responsable del equipo de Grayling en San Francisco y principal cooperadora del estudio, explica que “el ritmo vertiginoso del cambio tecnológico obliga a las empresas a elegir entre hacerse un hueco en las vidas de los ciudadanos o, simplemente, rendirse y desaparecer. Nuestra experiencia al trabajar para algunas de las empresas más exitosas de Silicon Valley nos demuestra esta realidad cada día, por lo que hemos llevado a cabo este análisis con un objetivo claro: servir de brújula para quienes buscan navegar con éxito en estos tiempos de incertidumbre”.

Cuatro retos definen la próxima década

Liderado por el equipo de Grayling en San Francisco, y realizado en colaboración con numerosos expertos de la consultora en diferentes países, el informe ha tenido en cuenta patrones demográficos y avances tecnológicos para identificar los siguientes retos clave:

Mayores versus jóvenes: el envejecimiento de la población en el mundo es una tendencia creciente, que será aún más evidente en la próxima década a medida que se vaya reduciendo la proporción de la población activa. En este contexto, y conforme a que los millennials ganen años, se agravará la presión en cuanto a los patrones de trabajo, tema sobre el que su visión difiere notablemente de la de las generaciones anteriores.

Innovación versus regulación: legislación y regulación luchan por mantener equilibrio y coherencia con los cambios que trae de la mano la tecnología. Innovaciones como el internet de las cosas, con el poder de conectar miles de objetos con independencia de las fronteras internacionales han llegado para quedarse y evolucionar muy rápidamente.

Velocidad versus estructura: la economía bajo demanda, en la que los consumidores buscan un servicio inmediato, no muestra signos de aminorar su marcha, más bien todo lo contrario. En paralelo, dado el creciente tamaño de la población de las grandes urbes, es crucial preguntarse cómo de sostenible es la tendencia y si están nuestras ciudades – con infraestructuras cada vez más envejecidas y obsoletas- y empresas realmente preparadas para evitar el colapso.

Humanos versus máquinas: la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y cubre cada día más y más labores en sustitución de las personas. Debemos prepararnos y afrontar la adaptación tanto a las nuevas formas de trabajo como, muy importante, a una redefinición de los roles tradicionales.

Para Eduardo Fuentes, CEO de Grayling España, “lo más apasionante de este trabajo de investigación es que los cuatro puntos que hemos identificando pueden ser una oportunidad o un riesgo en función de cómo se afronten. La pregunta que han de hacerse los líderes de las empresas es cómo están de preparadas para que la balanza se posicione para ellas de una u otra forma”. 

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