¿Sirve para algo el organismo de Autocontrol publicitario en España?

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Todos los meses se publican las resoluciones y dictámenes del Jurado de la Publicidad de Autocontrol y todos los meses vemos como las reclamaciones son comúnmente desestimadas. De hecho, de las once reclamaciones realizadas y analizadas por el jurado entre los meses de junio y julio de 2016 –incluidas en su recopilatorio publicado en octubre- fueron nueve de ellas desestimadas y dos de ellas parcialmente desestimadas. En la última rueda de prensa concedida por Autocontrol en sus instalaciones -donde se felicitaban por su actuación en el último año- dos de los periodistas asistentes –uno de ellos de este periódico- ya manifestaron lo insuficiente de los criterios que se usan para desestimar las reclamaciones.

Aplicando las normas como nos place

Ilustremos este problema con ejemplos concretos. El anuncio del Fiat 500s “para chicos malos” coche al que en el spot realizan pruebas ficticias de calidad para que soporte impactos de bolso femenino y patadas de tacones en la ruedas, así como portazos de la puerta del copiloto para servir a aquellos chicos “que se portan mal”. Esta publicidad fue denunciada por promover un trato vejatorio a la mujer, del que uno puede escaparse impune, gracias a su coche resistente al enfado femenino.

Al analizar este anuncio la Sección entendió que “la publicidad reclamada no infringía lo dispuesto en el Código de Conducta Publicitaria ya que el consumidor medio puede percibir que es una mera parodia”. “Una mera parodia” -graciosa incluso- debe ser lo que percibieron los miembros del jurado de Autocontrol. ¿Son necesarias nuevas normas en el Código de Conducta Publicitaria? O ¿solo bastaría con aplicarlas con mejor criterio?. En cuanto al consumidor medio y su entendimiento, ese preciso entendimiento que mencionan les lleva a denunciar la publicidad. La sociedad no quiere este tipo de mensajes en sus pantallas y por ello las denuncia. ¿De qué sirve hacerlo? si se desestiman por lo “medianamente” bien informado que está el consumidor. 

Encontrando lagunas hasta en el mismísimo desierto

Otra de las reclamaciones se formula por un anuncio radiofónico de vino Vegaverde donde se escucha el audio del video que incorporamos bajo estas líneas, sin ninguna advertencia sobre el consumo con moderación –para centrarnos en el problema vamos a dejar al margen el mal gusto del video, de su contenido, de su estética y de los comportamientos que pueda promover-.

La misma Asociación de Usuarios de la Comunicación fue quien interpuso el recurso de alzada que el Pleno desestimó entendiendo que al ser emitido en radio no era necesario poner estos avisos de consumo moderado porque –atención a esto- la radio no es “comunicación comercial visualmente perceptible”. Que no se perciba un mensaje de forma visual no exime al mensaje de ser perjudicial para la sociedad. Si aplicamos la regulación a la carta, difícilmente va a resultar útil para nadie que se tengan herramientas de regulación.

Otra de las reclamaciones se produce contra Campofrío y sus pizzas finísimas por incitar al abandono animal en el momento en que el protagonista asegura que va a inventarse que es alérgico al gato de su novia “para que [el animal] se pire”. Es un anuncio lleno de estereotipos, por mucho que estos puedan ser una parodia, al margen del tema del abandono al animal. En esta ocasión –como no podía ser de otra forma- Autocontrol desestimó el recurso entendiendo que “un consumidor medio, normalmente informado y razonablemente atento –esta frase la usan bastante como justificación de las desestimaciones- entendería el tono ficticio del anuncio y no veria una inducción al abandono. Con ese maravilloso argumento podríamos entender que un anuncio donde explícitamente se maltrata a alguien, no podría ser en ningún caso asumido, por ese mismo consumidor informado, de un ejemplo a seguir. Sin embargo, eso no exime al anuncio de ser poco respetuoso.

Podríamos seguir uno a uno con los 11 recursos que han publicado en octubre y los motivos por los que se desestiman, que suelen ser los mismos, no es común que la creatividad invada al jurado a la hora de aceptar publicidad y desestimar reclamaciones de consumidores o asociaciones.

Seguiremos informando…

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