En julio de 2014 Javier Cabrerizo era nombrado director general de Unidad Editorial, en la práctica el número dos de Antonio Fernández Galiano. Tras su paso por empresas tecnológicas como Oracle, dentro de la compañía esperaban que Cabrerizo liderara de una vez por todas la esperada transformación digital del Grupo y que diversificara los ingresos y encabezara proyectos que consolidasen la posición de El Mundo en el nuevo mapa digital.
Javier Cabrerizo llegó como un hombre renovador a Unidad Editorial, un directivo que se presentaba con deportivas a las reuniones de la plana mayor del Grupo y que tenía un estilo de vida muy cercano a los cerebros de Silicon Valley. Y fiel a su imagen, Galiano dejó en sus manos la transformación digital del Grupo. De hecho, todos estos años mientras la versión en papel de El Mundo se desplomaba, Unidad Editorial pidió paciencia a la espera de que madurasen sus proyectos digitales y su supuesta revolución digital.
En una reciente jornada –organizada por Unidad Editorial- Javier Cabrerizo pontificó que “la razón para la transformación digital es conseguir la mejora de la cuenta de resultados de una empresa”. Lo hizo en la presentación de la nueva colección Transformación Digital que vende los sábados El Mundo y Expansión. Una tomadura de pelo considerando que en Unidad Editorial no se ha aplicado ninguna de estas recetas desde la llegad de Cabrerizo.
Según Cabrerizo, los medios tradicionales lo hacen bien en el soporte de papel, pero ahora el reto es fidelizar en la Red, donde “la competencia es mucho más alta”. Cabrerizo dijo que Unidad Editorial tiene 21 millones de usuarios únicos que acceden a sus diferentes cabeceras de los 30 millones de usuarios que hay conectados en España. “De esos 21 millones de lectores, 16 millones ya lo hacen a través del móvil”, concretó. Cabrerizo no fue exacto ya que esta cifra incluye un retroceso en los últimos meses lo que le ha valido perder el primer lugar en COMSCORE a manos de El País.
Lo cierto es que han pasado más de dos años desde la llegada de Cabrerizo y los cambios han sido casi inexistentes. Sin ir más lejos ayer El Mundo anunciaba una “revolución digital” tras fusionar las redacciones de papel y digital. Probablemente el único cambio real que puede presentar Cabrerizo en Unidad Editorial, un cambio que precisamente no se ha producido por sus gestiones, sino que simplemente por la necesidad de ajustar los equipos tras el ERE.
Cabrerizo tiene poco que mostrar a su favor en Unidad Editorial
Un ERE que también fue responsabilidad de Cabrerizo, probablemente su único legado hasta el momento. En el último trimestre del año pasado Cabrerizo fichaba a la consultora FTI Consulting para hacer un informe sobre la estructura de la empresa y las fórmulas en que podían optimizarse los recursos. En la práctica, la llegada de esta consultora fue el comienzo del ERE que cerró antes del verano ya que la mayoría de las propuestas que se contenían en este informe fueron las justificaciones que Cabrerizo realizó para poner en marcha los despidos.
Todo este cúmulo de despropósitos ha despertado las alarmas en Italia donde Urbano Cairo y su equipo siguen con su proyecto para “intervenir” Unidad Editorial. En estas páginas os hemos contado que desde su llegada a RCS Mediagroup Cairo ha buscado poner orden en Unidad Editorial. Es verdad que su deseo inicial de despedir a Galiano se han aplacado -en buena medida por la mediación del propio Presidente Ejecutivo-, por lo que ahora las tornas se vuelcan hacia el segundo al mando, Javier Cabrerizo.
El problema es que Cabrerizo tiene poco que mostrar a su favor en Unidad Editorial. Las cuentas no han mejorado y los proyectos no llegan. Y los ingresos no se han diversificado según lo prometido y los productos digitales que se ofrecen a los anunciantes siguen siendo los mismos. Nada ha cambiado y se necesita un impuslo urgente para relanzar una empresa en la que ya no caben más recortes. Definitivamente Cabrerizo está en el punto de mira.
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