La distribución de contenidos se ha industrializado, cada vez más la creación responde a intereses de consumo, más que a la producción creativa y definitivamente este es un paradigma que se siembra en la distribución de contenidos de video en realidad virtual y videos grabados en 360 grados.
Las compañías de medios han ido entendiendo que el futuro se encuentra en la web, en las redes y la multidisponibilidad de contenido, generando plataformas completas que integren lo escrito junto a las imágenes y videos, pero hay un dilema sin resolver, qué viene primero ¿la distribución o la creación del contenido? Los medios de comunicación deben estar atentos, porque Google, Facebook y otras grandes compañías podrían empujarlos prontos a crear contenidos en VR aunque, sigue leyendo… porque pagarán por ello.
Esta interrogante surge sobre la necesidad de detectar si se debe crear contenido en realidad virtual para distribuir y ser consumido o si por el contrario ese contenido será pedido por el mismo usuario en la medida que lo quiera consumir. Ciertamente en los medios tradicionales a los consumidores se les indicaba que contenido tendrían, pero cada vez más las personas saben que quieren y lo piden, sin tapujos.
Todavía dan sus primeros pasos las diversas infraestructuras para distribuir el contenido en realidad virtual y el contenido en 360, hasta ahora existen algunas opciones como Google, Samsung y otros desarrollos más pequeños, pero nada que termine por ser universal y un estándar de distribución, tal como un disco Blu-ray o una memoria USB.
Rumbo a un estándar de distribución de realidad virtual y 360 grados
Se están haciendo algunos intentos serios por crear un medio de distribución impulsando un estándar llamado CCDM, un módulo curado de entrega centralizada, que en principio se está utilizando para eventos puntuales y proyectos específicos pero hasta ahora no ha podido conseguirse el acuerdo para adoptarse como un medio oficial.
Sin embargo el proyecto de CCDM avanza y sería una empresa conjunta entre múltiples firmas, para crear lo que sería el primer consorcio VR/360 del mundo, con el objetivo de unificar criterios en la distribución de estos contenidos y evitar la creación sin sentido de un montón de dispositivos que acabarán en la basura en un par de meses.
Básicamente en CCDM se verían las caras deFacebook, Google, Samsung y Sony junto a las productoras dedicadas al contenido como Amazon, Netflix, HBO y Hulu, uniéndose en un bloque sólido en el que quedarían segregadas algunas empresas pequeñas que simplemente se niegan a alinearse, aunque suene cruel, es el juego del mercado de consumo a nivel mundial.
Incentivo a los creadores
Hasta ahora hemos hablado del medio y la plataforma que es CCDM, pero falta un elemento en esta ecuación y se trata de los creadores de contenido, esos que de no existir nada de esto tendría sentido, pero su problema es que saben crear pero no saben vender y ese es el trabajo de las grandes marcas.
Para promover la participación en este proyecto los miembros del (hasta ahora hipotético) consorcio monopólico crearían una plataforma que permitirá monetizar el contenido y generar incentivos para que sea una relación ganar- ganar, pudiendo utilizar estos productos para insertar publicidad y cualquier otro medio que le produzca ganancias al creador del video en VR o 360.
Todo un mercado se desplegará en torno a los contenidos de realidad virtual y grabados en 360 grados, desde salas de cine, de la que ya hay una pequeña experiencia, lanzamiento de películas que podrán ser compradas y vistas en casa, alquiler de contenido como Netflix, rentar películas de HBO, todo desde la comodidad de un casco de realidad virtual o desde el monitor viendo un video grabado en 360 grados.
Ciertamente este tipo de contenido tendrá que iniciarse con costos muy bajos para poder competir, ya que ningún usuario estaría en disposición de pagar una suscripción que supere por ejemplo el valor de un boleto de cine.
*Con información de Techcrunch
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