Ser tuitero… ¿Es rentable?

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No se es tuitero, como bien hemos visto en la primera entrega de este especial, de la noche a la mañana. Así, y partiendo de esta premisa, obtener un beneficio económico de esta actividad requiere de un esfuerzo extra… para algunos. Y es que, no todos confían en rentar este trabajo algún día: “No creo que pueda abandonar el trabajo que tengo por eso” nos comenta Bob Estropajo “esto es muy volátil y decisiones empresariales terminan por dar al traste con todo lo sembrado”. Clausman le secunda: “Tampoco lo creo. Personalmente, veo Twitter como un vehículo para conocer gente con la que, si las circunstancias se dan, puedan surgir oportunidades de colaboración en proyectos”. Por último, y en el caso de Señorita Puri, ella tiene claro que no le sacará de pobre “porque no muestro ni mi imagen ni mi voz, ya que es parte de la magia del personaje, y ambas son esenciales para poder hacer campañas y tener ingresos recurrentes”. De hecho, le han ofrecido “trabajar en un par de emisoras de radio”, propuestas que ha rechazado ya que está “muy contenta con mi trabajo y con mi vida”.

Experiencias comerciales

Aun así, son capaces de exprimir sus participaciones en Twitter hasta el punto de lograr unos ingresos extra a final de mes. Eso sí, en contadas ocasiones: “Una vez me pidieron un tuit patrocinado” nos comenta Clausman “fue una experiencia muy buena porque me dejaron hacerlo a mi estilo. Querían, claro, que el vehículo del mensaje fuera el mismo, el que esperaba el público”. Ésta, ha sido “la única colaboración comercial que he realizado”. Señorita Puri, por su parte, es algo más prolífica: ” Twitter me da para darme algún capricho pequeño”. Además, aprovecha para hacer un llamamiento: “Si alguien quiere mandarme una joya o ponerme un apartamento, le paso el mail encantada”. Bromas aparte, Bob Estropajo es sincero y admite que “pocas veces me ofrecen algo” por lo que “la rentabilidad económica es baja”.

A pesar de esto, y sin un conocimiento amplio, pueden abrirnos los ojos sobre las cantidades que se mueven al respecto de esta amortización “tuitera”: “Depende de las marcas… Y de quién anuncie. Alguien con cierta atracción entre sus seguidores, o engagment, puede cobrar unos 150€ por un tuit. De ahí hasta donde quieras”. Una cantidad que refrenda Clausman: “Por lo que sé de algunos compañeros, la cosa puede ir a partir de 150€ por tuit con foto y bajo el hashtag oficial”. Con esta cantidad como referencia… ¿Se puede vivir, definitivamente, de Twitter?: “Creo que hay gente que lo hace (yo no)” alega Bob Estropajo, a lo que añade “me gusta saber de ello cuando son cuentas que aportan calidad y contenido porque, al fin y al cabo, generan un producto y considero que es legítimo que puedan ganar algo con su actividad”. Rechaza, de igual modo “aquellas cuentas ilegítimas por las que las marcas apuestan, en base a centenares de miles de seguidores, sin analizar que se aprovechan del contenido de los demás”.

El cariño de la marcas

Lo hemos podido comprobar cuando hablamos con Georgina Jerónimo (en nuestro especial de bloggers de moda) y con Srta. Blume (en el relativo a las de sexo): ambas partes se necesitan, hoy en día. ¿Ocurre lo mismo cuando hablamos de Twitter y, más en concreto, de sus perfiles más solicitados?: “En efecto. Las marcas necesitan no sólo a Twitter sino a las redes sociales en general” opina Señorita Puri. Bob Estropajo es algo más negativo: “Creo que somos una posibilidad más y, con honestidad, se puede hacer llegar un buen mensaje”.

Clausman también cree en este binomio: “Las marcas siempre van a necesitar historias con las que llegar e interaccionar con el consumidor. Nosotros, como tuiteros o creativos, sabemos cómo hacer esto creando empatía y vínculos emocionales con el público que es, al fin y al cabo, el núcleo de la comunicación en marketing”. En resumen: hay vínculo para rato. Pero no todo son buenos momentos, si hablamos de temas comerciales. Bob Estropajo se acuerda, en esta ocasión, de aquellos que le dijeron “cosas feas” relacionadas con una persona muy querida: “Les invitaría a comer a casa de mi madre, un día, y se darían cuenta de su error en cuanto a lo que alguno que otro dice de ella”. Clausman, y Señorita Puri sin se preocupan menos. El primero sólo ha vivido: “La aparición de algún troll que viene a por su dosis de atención” ante lo que la segunda tiene una respuesta clara: “Las olvido un minuto después”.

Eso no significa que no duela lo que puedan decirte. Sobre todo si lo que te llaman es vendido: “Me lo han llamado, como cabría esperarse”. Algo que no entiende: “Personalmente, no veo el inconveniente de que, gracias a llevar una cuenta en Twitter de cierta relevancia, una marca se te acerque para participar en una campaña publicitaria”. Señorita Puri ha pasado por lo mismo: “También me lo han dicho”. Así, es de la opinión de que: “Da igual si hago publicidad, como si cuento que hoy hace buen día. Siempre hay alguien que te echa la bronca o te insulta o se le cruzan los cables”. ¿Cómo lo evitamos? Internet es tan amplios que, posiblemente resulte inevitable. Es una pena.

De cara al experior…

La visión que se tiene de un tuitero es muy amplia. Como bien comenta Bob Estropajo: “Hay gente que muestra admiración mientras que otra nos traslada una especie de odio rancio mezclado con su idea falsa de que somos “vagos y maleantes del teclado”. Sea como fuere, y dejando a un lado los gustos, lo que hay que tener claro, como comenta Clausman, es que son: “Gente normal y corriente”. De hecho, y esta reflexión da que pensar: “Cualquiera que esté contigo un lunes por la mañana en el metro, o en el bus, puede ser un tuitero con miles de seguidores al que lees y con el que disfrutas”.

Ese que, aunque no lo parezca, mantiene los pies en el suelo, con excepciones, como en todo en la vida: “Hay de todo. Yo sé de rivalidades, pero sé más de amistades”. Señorita Puri, la que más seguidores tiene a sus espaldas (y más se podría ver afectada) es, sin embargo, un ejemplo a seguir: “Yo me llevo muy bien con la gente e, incluso, con algunos hay una relación muy especial de años”. Así, alega conocer “Sólo a dos o tres que se creen divinos por tener Twitter”. A ellos podría ir, perfectamente, dirigida la siguiente reflexión (tremendamente acertada): “Alguien dijo una vez que “Ser famoso en Twitter es como ser alcalde de tu pueblo: Cuando sales fuera no te conoce ni Dios”.

Pensando en el futuro

Tras la radiografía que hemos hecho de lo que es un tuitero, sólo nos queda ver el futuro que, pronto, planeará sobre sus cabezas en forma de presente. Los hay que son precavidos, como Bob Estropajo: ” Sinceramente creo que la cresta de la ola ha pasado, aunque podrían haber más olas” o Clausman: “Depende de la paciencia y la actitud de cada tuitero” y los hay que lo tienen mucha más claro, como Señorita Puri: “Siempre he dicho que en unos años ya no habrá Twitter, estaremos en otra red social. O ni estaremos”. En su caso: “El día que me aburra apagaré, como hice con el blog. No me veo en Twitter de aquí a 3 años”. Estaremos atentos.

Seguiremos Informando…

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