Hay vida después de una pérdida

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El día en el que todos recordamos a las personas que ya no están con nosotros, es un buen momento para reflexionar sobre la labor social del sector asegurador por la sociedad española y cómo una buena protección personal puede ayudar a nuestros seres queridos a sobrellevar mejor esta situación. El 57% de los entierros en España se hacen a través de las pólizas de Decesos según UNESPA, la Asociación Empresarial del Seguro. De hecho, en España, más de la mitad de las personas de entre 55 y 85 años tienen un seguro de Decesos, siendo las comunidades de Extremadura (67,6%), Asturias (62,9%) y Andalucía (59,9%) las que más lo contratan.

Para Patricia Jiménez, Directora de Marketing y Comunicación de MetLife “esta modalidad se contrata, en muchos casos, por tradición familiar, como demuestra su alta penetración. Sin embargo, las circunstancias socioeconómicas y familiares de nuestro país están variando, y con ellas las necesidades de cobertura de los seguros que contratamos los españoles”. De esta forma, los seguros de Vida comienzan a cobrar cada vez más importancia entre los asegurados, que valoran el hecho de que estos permitan cubrir no sólo los gastos derivados del sepelio, sino que también proporcionan una mayor estabilidad económica de los familiares una vez que el titular fallece.

Diferencias y semejanzas entre estas dos alternativas

Lo que tienen en común el seguro de Vida y el de Decesos es que ambos se activan tras el fallecimiento del titular de la póliza y que su coste se fija teniendo en cuenta la edad del asegurado. Pero, por lo demás, presentan claras diferencias.

La primera y principal es que el seguro de Decesos se contrata para asegurar que el titular tenga cubierto el entierro y que la familia no tenga que ocuparse del servicio del sepelio ni de los trámites legales. Además, en el caso de que el fallecimiento se haya producido en un lugar distinto al que tenga previsto el mismo, la compañía se encarga de trasladar al difunto. El precio medio de este seguro para un varón de 45 años y residente en Madrid es de unos 180 euros anuales cubriendo éste el servicio fúnebre y los gastos derivados. Algunos, los más completos, incluyen la gestión de la pensión de viudedad.

El seguro de Vida, por su parte, otorga al asegurado la tranquilidad de saber que sus familiares recibirán una compensación tras su fallecimiento. En este sentido, esta cobertura se materializa en una cuantía económica que reciben los beneficiarios de la misma designados por el titular. Para un varón de las mismas características anteriores (45 años, no fumador y una prima anual de 180 euros), la cantidad económica que percibirían sus beneficiarios sería de unos 60.000 euros dependiendo de la compañía aseguradora.

Según esto, la Directora de Marketing y Comunicación de MetLife, Patricia Jiménez asegura que, “tener un seguro de Vida no es un lujo en ningún caso, sino un ejercicio de responsabilidad que está al alcance de casi todos, permitiéndote afrontar tu nueva vida con una ayuda económica. Estos seguros no son excluyentes entre sí, al contrario, cada uno hace su papel en el momento de la pérdida del ser querido”. Por ello, aunque la carga hipotecaria que conlleva la compra de una vivienda es uno de los principales motivos que tienen en cuenta los españoles a la hora de contratar un seguro de Vida, no es ni debería ser el único.

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