Reducir los trastornos de la marcha y del equilibrio, así como el deterioro cognitivo, son los retos fundamentales de futuro inmediato de la enfermedad de Parkinson (EP). “Son dos frentes abiertos en este momento, en los que la Neurología tiene que continuar avanzando, sin dejar de investigar otros síntomas ya asociados a estas patologías, como los trastornos gastrointestinales, del sueño, la hiposmia, etc.”, ha asegurado el Dr. José A. Obeso, director del Centro Integral en Neurociencias (CINAC) del Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles (Madrid), durante la XV Reunión de Controversias en Neurología, organizado en Madrid por TEVA Neuroscience.
Más de 160 neurólogos de toda España han participado en este encuentro, que ha contado con la intervención de destacados especialistas españoles y en la que se han abordado, entre otros, retos aún no resueltos, en la enfermedad de Parkinson (EP) y en los trastornos del movimiento.
Desde la primera edición, esta reunión tiene una estructura innovadora que favorece la interacción de los asistentes ya que, además de las conferencias, incluye bloques de casos clínicos en los que pequeños grupos de especialistas expresan y analizan los aspectos más prácticos de esta área de interés. “Este formato ha sido un éxito desde el inicio de las ediciones ya que tanto los profesionales más jóvenes, como más expertos participan en la discusión de los casos en un ambiente relajado. Este debate resulta muy dinámico y enriquecedor”, comenta la doctora Lydia Vela, del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y del CINAC, Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Madrid.
Una de las controversias debatidas giró en torno a los criterios diagnósticos de la enfermedad. La Dra. Vela explica: “Desde hace tiempo, nos hemos estado rigiendo según los criterios del Banco de Tejidos de Londres, pero, hace unos meses, la Sociedad de Trastornos del Movimiento publicó un artículo con criterios nuevos.
Por eso uno de los temas de controversia presentados en la reunión ha sido cuál de los dos es el más adecuado”. En este sentido, el Dr. Obeso indica: “Los criterios de diagnóstico están muy bien definidos, pero es debatible si reflejan la realidad de lo que se observa en la práctica clínica. Dichos criterios, que son como una herramienta de trabajo, van cambiando y se van adaptando a la evidencia”.
Esta área de la Neurología se está preparando para la llegada de terapias que modificarán la evolución de la enfermedad. Actualmente, el diagnostico precoz “permite que los pacientes sean tratados adecuadamente lo antes posible, por lo que su evolución será mejor”, indica el Dr. Obeso, quien explica que el tratamiento fundamental actual consiste en “compensar el problema esencial de la enfermedad, que es el déficit dopaminérgico”.
Otra controversia se ha centrado en si la enfermedad de Parkinson es una prionopatía (procesos neurodegenerativos producidos por el metabolismo aberrante de una proteína priónica, con carácter transmisible). Ante esta cuestión, los profesionales se han mostrado bastante rotundos: “La EP no es una prionopatía porque no se transmite ni se contagia”, asevera el Dr. Obeso.
Sin embargo, no puede descartarse que los agregados de alfa synucleina no se propaguen de unas neuronas a otras a través de un mecanismo prion-like. Sería muy importante conocer el mecanismo por el que se extiende o propaga el daño neuronal para intentar frenar la progresión de la enfermedad, comenta la especialista.
Novedades en los tratamientos.
En cuanto a las novedades farmacológicas, el Dr. Obeso resalta el desarrollo de diversas vías de administración que favorecen la adherencia y que pueden resultar más fáciles de administrar, como es el caso de la levodopa inhalada o la apomorfina sublingual. “No se trata de avances conceptuales, ni siquiera farmacológicos, sino que a algunos pacientes les resultan más simples estos métodos, favoreciendo la eficacia y el cumplimiento terapéutico”, apunta.