El mundo celebra el Día Mundial de la Televisión, una efeméride que al menos en España no ha tenido demasiada repercusión en los medios de Comunicación. Es no obstante, una fecha para evaluar qué clase de televisión tenemos en nuestro país y hacia dónde va su futuro. En España tenemos muchos canales de televisión –quizás demasiados- una parrilla de 28 frecuencias a nivel nacional, decenas a nivel autonómicas y un millar de ámbito local, una saturación de canales que sin embargo deben comer de una tarta publicitaria cada vez más concentrada en dos operadores: Atresmedia y Mediaset.
Los editores de Telecinco y Antena 3 concentran el 85% de la inversión publicitaria en televisión con poco más del 50% de la audiencia en abierto, una tendencia que lejos de corregirse, se ha acentuado con la llegada de seis nuevas frecuencias de TDT en abril de este año. TEN, DKISS, GOL, Real Madrid TV y BeMad y Atreseries (estas dos últimas de los dos grandes grupos) no se han consolidado todavía y apenas participan en el share diario y en el reparto de inversión publicitaria.
Televisión de Mediaset, Netflix y… un niño de diez años
Por el contrario, las cadenas de televisión de pago sí que se han conseguido consolidar en este ultimo año, rozando los seis millones de abonados, récord histórico, y con canales de pago que comienzan a participar de verdad en la tarta publicitaria. Paralelamente el consumo de televisión va migrando lenta pero sostenidamente a los dispositivos móviles y PC, pero ya no con los canales tradicionales, sino que en plataformas como Youtube, Netflix o HBO que prepara su lanzamiento, donde los contenidos se consumen a demanda y vía streaming.
Las grandes también han querido participar de este consumo con el lanzamiento de Flooxer o Mtmad, para no quedarse a la cola de las nuevas tendencias. No obstante, lo que no han entendido las cadenas tradicionales es que la televisión puede estar en cualquier sitio y que la puede realizar casi cualquiera. Desde el vídeo de dos minutos de un diario digital, pasando por la grabación casera de un niño riéndose y terminando en superproducciones y series de Netflix o Mediaset y Atresmedia.
Estamos en una era en que todos somos potenciales creadores de contenidos audiovisuales gracias a los móviles, contenidos que además pueden ser consumidos en cualquier sitio, dispositivo o soporte. Es la democratización de la televisión que lógicamente no significa mejorar los contenidos, pero que ya está al alcance de cualquiera y eso parece que no lo han asumido todavía los grandes canales de televisión… tradicional y mono pantalla.