Un tercio de los problemas de salud, sobre todo los relacionados con las enfermedades crónicas, responden a una alimentación inadecuada. Ésta es una de las conclusiones de las que se han alcanzado en la Sesión Científica Extraordinaria Ciencias Ómicas y Biotecnología Alimentaria: ¿hasta dónde podemos llegar?, celebrada en la Real Academia de Medicina (RANM) y moderada por los profesores Manuel Díaz-Rubio, presidente de Honor de la RANM; Lluís Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y presidente de la Academia Española de Nutrición, y Javier Aranceta-Bartrina, vicepresidente de la Academia Española de Nutrición y de la Real Academia de Medicina del País Vasco.
La primera de las intervenciones de la jornada ha contado con la participación de la profesora Dolores Corella, catedrática del Departamento de Medicina Preventiva y directora de la Unidad de Investigación de Epidemiología Genética y Molecular de la Universidad de Valencia (CIBEROBN). Bajo el título Las ciencias ómicas y la promoción de la salud en el siglo XXI, la profesora Corella hizo un repaso por la medicina de precisión, extrapolándola al ámbito de la alimentación, donde surge el concepto de Nutrición de Precisión, que “sería la extensión del concepto de genómica nutricional o alimentación personalizada, y que busca mejorar la respuesta a la dieta, teniendo en cuenta las características genómicas de la persona para una mejor prevención o tratamiento de una enfermedad”.
La experta ha explicado también que la Nutrición de Precisión está todavía en fase de investigación y que para su aplicación es “es necesario generar conocimiento científico a través de los estudios de nutrigenética y nutrigenómica que actualmente ya están en marcha. A partir de sus resultados, se contará con los datos que permitan hacer un diagnóstico genómico de pacientes a los que aconsejar una mejor dieta para el tratamiento o prevención de diferentes patologías”.
Posteriormente, el profesor Daniel Ramón, presidente Científico de Biopolis S.L Valencia, ha centrado su intervención en definir la biotecnología de alimentos y cómo se está aplicando en la agricultura y en la ganadería. En este sentido, el profesor ha asegurado que “la genómica va a tener mucho que ver en el desarrollo futuro de los alimentos, sobre todo en relación a evitar la aparición de algunas patologías” y ha hecho referencia a los resultados de varios ensayos clínicos realizados en su compañía, que muestran la eficacia de los probióticos para reducir los síntomas recurrentes de la dermatitis atópica en niños y de la psoriasis en adultos. “Los resultados de estas investigaciones -añadió – en las que los pacientes recibieron un tratamiento farmacológico con corticoesteorides y un probiótico han sido muy positivos. Añadir al tratamiento este ingrediente funcional se ha visto que acelera la recuperación del paciente, evita recaídas y permite abandonar antes el tratamiento farmacológico”.
El Big Data, herramienta clave en la alimentación personalizada
Tal y como han señalado los expertos, para que la nutrición personalizada pueda constituirse en una estrategia para la promoción y prevención de la salud, así como para el mantenimiento y la optimización de funciones fisiológicas, es preciso contar con herramientas que permitan analizar grandes cantidades de información. En este sentido, el profesor Andreu Palau, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de las Islas Baleares (CIBEROBN), ha explicado las consecuencias que puede tener en el futuro la interpretación de grandes cantidades de a través del Big Data.
“Hoy somos capaces de obtener información –explicó- de decenas de miles de parámetros de cada persona gracias a las tecnologías ómicas. Tenemos 24.000 genes con 10 millones de variantes diferentes y modificaciones epigenéticas que afectan a la expresión y funcionamento de estos genes. El factor que nos limita es nuestra capacidad de manejar e interpretar tal cantidad de datos, para lo que necesitamos el apoyo de nuevas aproximaciones matemáticas”.
De este modo, el profesor Palau ha destacado el trabajo del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, que ha apoyado un estudio con un amplio número de datos que se van a obtener a través del análisis que permiten las tecnologías ómicas, durante un periodo de varios años y para el que se cuenta con un millon de voluntarios. La idea es trasladar estos resultados a la práctica clinica diaria, lo que se estima que será posible en unos 10 años.
Asimismo, se contará con información de cada individuo, incluyendo datos ómicos junto a los parámetros clínicos y bioquímicos clásicos. “Sobre esta información se utilizarán los fármacos y los alimentos más adecuados a cada caso. El avance dependerá de la combinación de esfuerzos en el conocimiento del metabolismo, la genética y la biología de sistemas de nutrición, junto con el poder de las matemáticas para procesar grandes cantidades de datos”, ha concluido el profesor Palau.
Datos ómicos
La información ómica son los datos que se obtienen de un análisis masivo. Etimológicamente procede del griego oma que significa conjunto o masa. Se emplea como sufijo en distintas metodologías relacionadas con el genoma para explicar que el objeto de estudio se ha analizado de forma completa.