Ayuda en Acción acerca la tecnología a jóvenes en riesgo de exclusión de la mano de Ricoh

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El programa de apoyo a la infancia de Ayuda en Acción, Aquí también trabaja para combatir la desigualdad en nuestro país a través de los centros educativos, con el objetivo de mejorar la inclusión social de la infancia, adolescencia y sus familias en riesgo de exclusión. Una de las líneas de intervención del programa se centra en la innovación educativa con base tecnológica, materializada en la enseñanza de programación, impresión 3D y robótica, para romper la brecha digital, con énfasis en la educación en valores y el enfoque de género.

Ricoh colabora con Ayuda en Acción, acercando el último equipamiento de impresión 3D a 11 centros educativos del programa “Aquí también”, repartidos por todo el territorio español (Valencia, Zaragoza, Oviedo, Bilbao, Barcelona, Vitoria, La Coruña, Madrid, Palma de Mallorca y Málaga).

Así nace el proyecto Mak3rs by Ricoh, que contempla la donación de una impresora 3D a cada escuela, así como el material necesario para que puedan trabajar en clase. Además, se capacitará a los profesores por parte del equipo de voluntarios de Ricoh de cara a conseguir que los jóvenes en riesgo de pobreza y exclusión social aprendan a interactuar con la tecnología.

Con este programa, que profundiza en el trabajo que ya realiza Ayuda en Acción, los jóvenes desarrollarán habilidades digitales, mejorarán su aprendizaje y conocimiento colaborativo, al tiempo que se fomenta la educación tecnológica para impulsar el emprendimiento y la innovación.

Enmarcada en la acción de Responsabilidad Social de Ricoh: Raising the next generation, esta iniciativa amplía el programa de voluntariado de la compañía que, justamente en diciembre celebra su mes solidario, una acción anual en la que los empleados realizan acciones de fundraising para recaudar fondos para una causa social.

Como novedad, el proyecto de este año no se limitará a ser una acción puntual, sino que tendrá continuidad en la iniciativa Mak3rs by Ricoh. Durante todo el 2017, los centros participantes contarán con el apoyo y seguimiento tanto de Ricoh como de Ayuda en Acción. 

Dirigido a alumnos de secundaria, el proyecto Mak3rs incide directamente en la etapa previa al bachillerato o a la formación profesional, determinantes para despertar interés por el conocimiento en ámbitos tan apasionantes como la ciencia y la tecnología, en unos jóvenes con riesgo de exclusión, lo que contribuirá a reducir la brecha digital en este ámbito. 

“Trabajamos en un entorno en el que los jóvenes tienen muchas dificultades para salir adelante, y somos nosotros, los docentes, quienes tenemos la responsabilidad de ofrecerles todas las herramientas necesarias para garantizarles un futuro que les permita mejorar su calidad de vida y la de sus familias.

Formar parte de Mak3rs, de la mano de Ayuda en Acción, nos permite dotar a los alumnos en riesgo de exclusión, de las competencias necesarias, en el ámbito de la tecnología, para favorecer su empleabilidad y su futuro laboral. El uso de la tecnología ofrece, además, mayor motivación en el aula a través de un aprendizaje práctico, reduciendo así el abandono escolar, tan elevado en nuestra zona”, indica Gemma Coll Laorden, directora del instituto María Aurèlia Capmany, de Cornellà de Llobregat, Barcelona.

Impresión 3D

Mak3rs By Ricoh trabajará impresión 3D junto a las escuelas durante un año.  De acuerdo con Jorge Cattaneo, Director de Innovación Social de Ayuda en Acción,  “en Mak3rs by Ricoh no solo enseñamos a manejar impresoras 3D, sino que hablamos de cómo usarlas en trabajo por proyectos, en equipos y resolviendo retos sociales alineados con nuestro programa de educación en valores.

Nuestros niños y niñas están creciendo dentro de un contexto social complejo: entornos urbanos no inclusivos, comunidades poco cohesionadas. Nuestro objetivo es conectar las necesidades de su entorno social con la posibilidad de desarrollar proyectos tecnológicos y reflexionar con ellos sobre aplicación de los resultados de su trabajo en su entorno cotidiano”.

Las aplicaciones educativas de las impresoras 3D son múltiples. Por ejemplo, se pueden usar para crear esculturas geométricas tridimensionales en metal, para visualizar modelos de física teórica o para hacer más atractivas las clases de biología a través de la impresión de réplicas de órganos humanos, que permitan profundizar en su conocimiento y estudio. Se trata de fomentar el interés de los jóvenes por profesiones técnicas y científicas, capacitándoles como expertos en diseño 3D.

“Nuestro objetivo es que los niños y niñas dispongan de una oferta de capacitación tecnológica que nos permita generar futuras vocaciones en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. El programa contempla dotar al centro de los materiales necesarios y ofrecer al  claustro de profesores los recursos documentales, metodologías y conocimientos necesarios para hacer sostenible el proyecto, y facultándolos para convertirse en agentes del cambio educativo, adaptándolo a las necesidades particulares del lugar, de los estudiantes y de sus familias”, indica Ramón Encinas, voluntario de Ricoh.

La donación de material se complementará con una formación a los docentes de los centros, que se llevará a cabo durante dos sesiones de dos horas. En la primera, fundamentalmente técnica, se aprenderá a usar la impresora. En la segunda, diferentes ejemplos prácticos permitirán capacitar a los docentes en su uso para distintas asignaturas, desde matemáticas a historia.  “Ricoh apoya, mediante la donación de material de propósito educativo y la capacitación de los docentes, la misión de Ayuda en Acción para “proporcionar igualdad de oportunidades a chicos y chicas en riesgo de exclusión social”, indica Ramon Martín, director general y COO de Ricoh.

Reducir la brecha digital

La tecnología ha cambiado la forma de entender la vida, la realidad y el futuro. La ausencia de acceso a la tecnología conduce a la desigualdad, por cuanto resulta clave promover la innovación en el aprendizaje de los jóvenes de cara a mejorar la calidad educativa y a impulsar la generación de estructuras de pensamiento nuevas, más creativas y emprendedoras, que les permitan cambiar su rol de mero usuario de la tecnología por el de artífice de la misma. En este sentido, los centros escolares tienen un papel estratégico en la integración de las tecnologías y en la creación de un entorno de aprendizaje digital que, a través del desarrollo de las capacidades cognitivas de los individuos y el trabajo colaborativo y en red, contribuya a generar una sociedad más cualificada e igualitaria, mejor.

Sin embargo, según datos de la  Comisión Europea, entre 2015 y 2020, alrededor de 900.000 puestos de trabajo podrían quedar sin cubrir en Europa por falta de profesionales dotados de los apropiados conocimientos digitales. A escala mundial, este déficit se acercará a los dos millones. Un gap que es necesario cubrir por el bien del desarrollo socio-económico mundial.

En la misma línea, Ametic, la patronal del sector tecnológico español, indica que las empresas demandarán a lo largo de los próximos años perfiles especializados en contenidos digitales, sobre todo, especialistas en marketing y comunicación digital, diseñadores digitales y programadores.  Con el impulso de todos, empresas, instituciones, AAPP, será posible hacer que la tecnología cale en todas las capas de la sociedad de cara a inducir la consecución de un mundo mejor para todos.

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