Nieve, hielo, lluvia, niebla… el invierno ya está aquí y coger el coche en estas fechas requiere tener en cuenta unas precauciones especiales. No sólo debes extremar el cuidado en la conducción, sino también prestar especial atención al estado del vehículo antes y después de salir de casa. Por ello desde Europcar España, como expertos en movilidad y seguridad vial, te ofrecemos un decálogo con los consejos para viajar más seguro en invierno cuando te pongas al volante.
- Cuando el parabrisas congelado te da los buenos días. No intentes quitar la capa de escarcha helada rociando el parabrisas con agua tibia o caliente (el cristal puede romperse a causa del brusco cambio de temperatura). Primero debes encender el motor del vehículo, activar la calefacción y dirigir los aireadores (con el aire todavía frío) hacia el parabrisas hasta que la capa de hielo se vaya reduciendo levemente a medida que aumente la temperatura del aire proyectado. Sabemos que no te sobra el tiempo pero, créenos, es lo más efectivo y seguro si no dispones de productos anticongelantes específicos para quitar el hielo del parabrisas. Es mejor que emplees un rascador de plástico para retirar el hielo, evitando utilizar objetos metálicos o de materiales que puedan arañar el parabrisas. Tampoco intentes retirarlo con los limpiaparabrisas si aún no se ha derretido, ya que el hielo podría rayar el cristal. Y por último, retira todo el hielo del parabrisas antes de iniciar tu viaje, incluso en trayectos cortos.
- Patinaje sobre hielo. Lo más recomendable es que inicies la marcha del coche en segunda velocidad acelerando muy suavemente. Debes emplear marchas largas y cambiar de marcha con maniobras muy suaves, circulando siempre a velocidad muy reducida, usando el freno lo menos posible. Para reducir la velocidad emplea sobre todo el freno motor levantando el pie del acelerador. En caso de perder el control del vehículo no pises el freno, hay que levantar el pie del acelerador y girar el volante hacia donde vaya la parte trasera del coche.
- Evita ser un coche de choque. Uno de los principales efectos de la conducción sobre nieve sin neumáticos de invierno es el aumento de la distancia de frenado por reducción de la adherencia. Además, a esto se suma el aumento de la peligrosidad por riesgo de deslizamiento y de pérdida de control de la dirección. Los momentos del día más peligrosos son los que coinciden con la caída de los primeros copos, por lo que en tales circunstancias es aconsejable aumentar la distancia de seguridad.
- La nieve, algo no tan bonito para conducir. Si la capa de nieve es gruesa es preferible circular sobre las rodaduras de otros vehículos. En cambio, si se trata de poca nieve y se llevan las cadenas montadas es mejor pisar nieve virgen. En este caso, te recomendamos evitar avanzar sobre las marcas de otros vehículos y si pierdes el control, levanta el pie del acelerador y actúa igual que en caso de hielo.
- Mejor prevenir que curar. En este caso el refrán se cumple y mucho. Hacer un chequeo completo del coche puede evitar percances durante estos meses. Los limpiaparabrisas deben funcionar correctamente, las escobillas no deben estar gastadas, y el depósito del líquido limpiaparabrisas debe estar lleno. Comprueba que todas las luces del coche funcionen correctamente y que todos los neumáticos, incluso el de repuesto, estén en perfecto estado. También es importante revisar las pastillas de freno y comprobar que haya suficiente líquido de frenos, así como llevar un botiquín de viaje, por si acaso.
- ¡Ya es hora de comprar cadenas! No quieres recordar la última vez que tuviste que ponerlas, pero si se conduce por zonas nevadas es fundamental montarlas en las ruedas motrices y desconectar el programa electrónico de estabilidad ESP. Y como poner las cadenas de toda la vida podría suponer una tarea complicada, una opción más sencilla es el uso cadenas de tela o neumáticos especiales con clavos para nieve o hielo.
- Plan B. Ponte en lo peor y diseña otra alternativa de trayecto. Es una práctica muy recomendable (no sólo para largas distancias) ya que durante estas fechas aumentan los incidentes, que terminan por originar retenciones. Por ello te recomendamos que siempre planifiques tu viaje con suficiente antelación contemplando diferentes trayectos alternativos
- Acopio de provisiones y accesorios. No es cuestión de llevar en el maletero la compra mensual, pero en caso de surgir cualquier percance con el vehículo durante tu viaje en una zona mal comunicada, pueden ser de vital importancia llevar algunos alimentos. Para trayectos largos, no olvides coger algo de comida, bebida, así como calzado y ropa adicional adecuada para nieve o hielo. Y por supuesto, no olvides llevar en el vehículo la batería tu teléfono móvil cargado y un cargador o batería externa de apoyo, por si acaso.
- ¡Ojo con la niebla! La aparición de la niebla afecta principalmente a la visibilidad, pero también a la adherencia. Por ello es muy importante ver y ser vistos. Hay que mantener el habitáculo ventilado y a una temperatura adecuada para evitar que se empañen los cristales, circulando siempre con el alumbrado de cruce y el antiniebla delantero, y activando el antiniebla trasero obligatorio si la niebla es intensa. Si la niebla es muy espesa y no existe suficiente visibilidad, se debe estacionar el vehículo en un lugar seguro, manteniendo el alumbrado de posición o estacionamiento encendido.
- El depósito, mejor lleno. Tendrás que hacer paradas periódicas en estaciones de servicio, pero es muy importante mantener el depósito de combustible lo más lleno posible para evitar quedarte sin combustible durante tu viaje, ya que en invierno los trayectos suelen llevar más tiempo y el vehículo realiza una conducción menos eficiente. Además, en caso de verte atrapado en una carretera por la climatología, llevar el depósito de combustible lleno te ayudará a mantener activada la calefacción si fuera necesaria.
