“En una sociedad consumista como la de ahora, tradiciones como la Navidad se han transformado en una gran oportunidad para comercializar, creándonos una inmensa necesidad de adquirir productos”, señala Gabriela Gómez, psicóloga de Blua de Sanitas. Para no caer en esta fiebre consumista Gómez comenta que “cada niño no debería recibir más de cuatro regalos y es conveniente asegurarse de que se le da más valor a la oportunidad de compartir estas festividades en familia y no tanto al mero hecho de recibir regalos”. El tipo de juguete adecuado para cada niño es aquel “que se adapte a su edad, nivel de desarrollo y personalidad, además de aportarle beneficios a su desarrollo psicomotriz, cognitivo e intelectual, emocional y social”. De este modo, es preferible elegir bien los regalos y escoger aquellos “que puedan proporcionar un aporte educativo mayor, ya que los niños pueden aprender mucho jugando y compartiendo”.
Una buena oportunidad para enseñar a los niños a pensar de forma solidaria y evitar el pensamiento materialista es escribir con ellos la carta a los Reyes Magos. “La idea es orientarles para que su lista de deseos no contenga solo regalos materiales sino deseos positivos como, por ejemplo, reunirse toda la familia más veces al año, tener más amigos en la escuela o pedir objetivos como la paz mundial y la salud de los enfermos”, indica la psicóloga. Previo paso a redactar la carta con ellos, Gabriela Gómez aconseja a los padres “impulsar una reflexión en el niño de cómo ha sido su conducta a lo largo del año y, en base al balance resultante, que ellos pidan los regalos que crean que se merecen”.
Evitar regalos estereotipados por sexos, juguetes bélicos y regalar mascotas como si fueran juguetes
La estereotipación por sexos se establece desde la infancia al reproducir roles asumidos como buenso para cada uno de los sexos. Según la experta de Blua de Sanitas “para el libre desarrollo de la personalidad del niño es importante dejarle que desarrolle su curiosidad por aquello que les llame la atención, y si eso implica que las niñas jueguen al futbol y los niños en la cocina, es necesario dejarles la opción de elegir sin coartarles su creatividad y curiosidad”.
Entre las opciones más beneficiosas para los niños, la experta resalta los regalos manuales y aquellos que conllevan una cierta responsabilidad. Recurrir a regalos hechos en casa “impulsa la creatividad y ayuda a no pensar solamente en bienes materiales”.
Además es beneficioso enseñar a los más pequeños a asumir responsabilidades, pero, según matiza la psicóloga, “son los adultos quienes deben explicarles con paciencia y constancia qué es lo que se espera de ellos”. Asimismo, es necesario asegurarse de que el nivel de responsabilidad sea el apropiado para su edad y nivel de comprensión y, en este aspecto, “los padres deben involucrarse y estar dispuestos a ayudar al niño a desarrollar esa responsabilidad”.
En este sentido, numerosas familias optan por las mascotas como regalo de Navidad. Esta decisión puede ser una buena opción “siempre y cuando los padres estén dispuestos a asumir con responsabilidad los cuidados de la misma y establezcan las normas respecto al trato y cuidados que todos los miembros de la familia deberán ejercer con la mascota”, indica la experta.
Y es que, aparte de que las mascotas aumentan la socialización, mejoran la psicomotricidad de los niños y aumentan su autoestima, “puede ser un punto más de unión y compromiso familiar”. Si el regalo elegido es una mascota la familia debe de estar comprometida con su cuidado y su crecimiento, además, el priorizar la adopción fomentará el valor de la solidaridad en el pequeño.
Con respecto a los regalos bélicos, Gabriela Gómez los descarta dado que “se da un doble mensaje cuando se invita a los niños a jugar con armas y otros objetos alusivos a la guerra”. En cuanto a los regalos tecnológicos, lo importante es “que los padres se pregunten qué aprendizaje de valor le puede aportar a su hijo esa tecnología, si es adecuada para el momento evolutivo del niño y si le sabrá dar un uso responsable”.