Una dieta vegetariana o vegana mal planificada en niños puede tener consecuencias en su salud

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Cada día son más las familias que adoptan una dieta vegetariana o vegana en nuestro país, lo que obliga a pediatras y médicos de familia a familiarizarse con este tipo de alimentación, ya que normalmente no han recibido formación sobre el tema durante sus estudios, y necesitan poder ofrecer la información adecuada a los padres.

La Academia Americana de Nutrición y Dietética, así como otras sociedades médicas, consideran que estas dietas bien planificadas son perfectamente adecuadas  y saludables para niños de todas las edades, sin embargo, si no se desarrollan bien pueden generar consecuencias negativas sobre la salud e influir en el crecimiento de los niños y adolescentes.

Por ello desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) han querido prestarle mucha atención a este tema, y han organizado el seminario “Niños vegetarianos, ¿niños sanos?”. Éste ha tenido lugar durante la celebración en Madrid de su  14º Curso de Actualización, coordinado por la Dra. Mª Jesús Esparza, y ha contado con la participación como ponente de la Dra. Miriam Martínez Biarge, pediatra del Department of Paediatrics del Imperial College NHS Trust- Hammersmith Hospital de Londres (Reino Unido).

Se dice que una persona es vegetariana cuando se abstiene de comer carne, pescado, marisco o cualquier producto desarrollado con estos alimentos, pudiendo o no incluir en su dieta alimentos derivados de otros animales como huevos, lácteos o miel. Por otro lado, las personas veganas son aquellas consideradas vegetarianos totales, es decir, que no comen ningún alimento o derivado de origen animal. “Tiempo e información a las familias son dos aspectos necesarios para contribuir a que los niños vegetarianos y veganos tengan todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y normal desarrollo”, explica la doctora Martínez.

Es importante prestar mucha atención a la alimentación vegetariana o vegana en cada una de las diferentes edades. Al igual que con todos los bebés, la lactancia materna es la forma de alimentación ideal para los lactantes vegetarianos o veganos, por lo que ésta debe ser apoyada; en este sentido, “es importante asegurarse de que estas madres tomen un suplemento regular de vitamina B12 y yodo”, apunta la doctora.

Los alimentos sólidos se pueden introducir de la misma manera que para los niños no vegetarianos, a partir de los 6-7 meses, “reemplazando la carne por productos como lentejas, garbanzos, guisantes o tofu”, aclara. A partir de los dos años de edad, la alimentación debería parecerse a la del resto de la familia, dependiendo el número de raciones de la edad, los niveles de actividad física o las características personales de cada niño.

Según afirma la experta, a la hora de alimentar a niños vegetarianos o veganos conviene prestar especial atención a ciertos nutrientes:

Los pediatras no se rinden ante el sobrepeso y la obesidad infantil

De otro modo, como ha recordado la presidenta de la AEPap, la Dra. Concha Sánchez Pina, las altas cifras de sobrepeso y obesidad infantil en nuestro país son de sobra conocidas por todos, y tanto las autoridades sanitarias como los profesionales afirman que las claves para combatirla están en una dieta sana, la práctica del ejercicio físico y mejoras en el etiquetado y en la limitación real de la publicidad dirigida a la población infantil de alimentos y bebidas no saludables, entre otras medidas que deberían negociarse con expertos. Sin embargo el ritmo de vida de hoy en día, así como las influencias de la industria alimentaria dificultan esta labor para las familias.

Bajo el nombre “Sobrepeso y obesidad infantil: No tiramos la toalla”, los doctores Hernán Cancio López, psicólogo y director del Instituto Antae y el Dr. Carlos Casabona Monterde, pediatra  de Atención Primaria en Santa Cristina de Aro (Girona) y autor del libro “Tú eliges lo que comes”, han sido los encargados de acercar este debate a los pediatras asistentes.

Hay ciertos factores que favorecen el sobrepeso y la obesidad infantil, “muchas veces los padres no son conscientes de que, por ejemplo, hay ciertas leches de crecimiento con cereales, galletas y cacao que contienen altas dosis de azúcares añadidos, lo que puede condicionar el inicio de un sobrepeso en los niños”, explica el doctor Casabona. También es frecuente encontrar muchas variedades de cereales de desayuno con demasiado azúcar, insiste el pediatra.

Que retiren la cara, taparse la boca, llorar o gritar pueden ser la clave para entender que los bebés y niños pequeños están llenos; “a veces los padres se preocupan cuando los niños no comen y les animan a seguir sin respetar sus signos de saciedad”, apunta el doctor. En cuanto a los niños de mayor edad, no conviene sobornarles o hacer juegos para lograr que coman más.

Es muy importante que los padres sirvan de ejemplo para los más pequeños, comer saludable, en familia y sin ver la televisión u otros dispositivos son a veces gestos sencillos que contribuyen a proteger a los más pequeños del sobrepeso o la obesidad. El Dr. Casabona también afirma que la inclusión de dietistas-nutricionistas en la Atención Primaria es necesaria para tener más garantías de éxito con este problema. Abordar la obesidad infantil en consulta es una tarea complicada que requiere de un conjunto de actitudes, conocimientos y habilidades que faciliten al profesional esta labor.

Como afirma el doctor Hernán Cancio, la relación de los pediatras con el niño y su familia es fundamental. Sugerir y no imponer el cambio, fomentar la responsabilidad dando la opción de elegir, hacer partícipe al niño, ser sensible a las dificultades y escuchar las emociones son algunos de los ingredientes que van a permitir que haya mejores resultados y cambios en el estilo de vida. “La información sirve para cambiar actitudes, pero si queremos cambiar conductas debemos de llegar a la emoción” explica el psicólogo.

Lo más útil es dirigir una entrevista clínica motivadora, se trata de una técnica relacional personalizada que ofrece la posibilidad al paciente conducir su propio proceso de cambio de comportamiento involucrándose en su proceso de salud, adoptando determinadas actitudes y estando abierto a las emociones por medio de la empatía, “no se puede obligar a un niño, a hacer algo contra su voluntad, es necesario persuadirle y hacer equipo, padres, profesionales y el propio niño”, señala el doctor Cancio.

Si existe tensión previa en casa y discusiones debido a la comida, cosa frecuente cuando los padres son delgados y el niño no lo es, es conveniente cortar estas actitudes y centrarse en el tema de la comida, “liberar al niño del control paterno y materno ayuda a que se responsabilice y ponga de su parte”. En la entrevista clínica motivacional “se sugiere y propone, jamás se impone” concluye el experto.

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