El comienzo de año ha sido demoledor para la prensa escrita. Y no lo decimos nosotros. Lo dicen los números. Los últimos datos aportados por prnoticias indican que El País redujo en enero un 26% sus ventas en quioscos, una caída histórica que le deja en muy mal pie para lo que queda de año. Que es mucho. El Mundo y ABC también perdieron cifras similares, mientas que sus difusiones se desplomaron de manera menos acusada, pero igual de preocupante. Solo El País y La Vanguardia tienen en estos momentos una difusión por sobre los 100.000 ejemplares, una barrera que probablemente perderán en pocos meses.
En cuando a ingresos por publicidad las previsiones no son mayores y hablan de una caída del 6% al 8% en este curso. Si consideramos que en 2016 ya cayó un 6,3% vemos que al cerrar 2007 la inversión publicitaria en el papel caerá por debajo de los 600 millones de euros. Antes de la crisis estos ingresos estaban cerca de los 2.000 millones. Si consideramos que este año las cabeceras tampoco apostarán por cobrar por sus contenidos en internet, vemos que es muy difícil que se puedan compensar este creciente déficit de ingresos.
Y como no podía ser de otra manera, los diarios no pueden resistir su ajustada estructura de costes. Después de recortar a la mitad sus plantillas, vender las imprentas, ceder sus edificios emblemáticos, reducir la calidad de sus convenios colectivos y ponerse en manos de los anunciantes, al parecer todavía queda espacio para mayores recortes. El diario ABC abrió la veda con veinte despidos –que para que se han quedado en 15-, y les siguió El País con el anuncio de 15 a 17 salidas. Estas semanas también hemos conocido los EREs de la editora de revistas Bauer, al 30% de la plantilla y G+J que despedirá a 46 personas. También se ha anunciado el cierre de las publicaciones FHM y Bravo.
Negro panorama que debería despertar a las asociaciones de periodistas, aletargadas por un año 2016 en el parecía que el sector comenzaba a remontar. Esperemos que este duro comienzo de 2017 no sea el preludio de una nueva oleada de recortes y que solo sean ajustes puntuales. Queda un largo 2017 para averiguarlo.