Indra es una de las compañías que más desarrollo e innovación está poniendo en el mundo de los drones en España, ya que en los próximos años, el uso de estas aeronaves crecerá notoriamente a medida que la normativa vaya regulando y facilitando su uso y se vayan utilizando en nuevos campos, como el de la logística y transporte. Ante este nuevo escenario son muchos los proyectos aéreos que está impulsando la multinacional tecnológica española; como el Avión Opcionalmente Tripulado Targus basado en su aeronave ligera de vigilancia marítima MRI P2006T, ya en funcionamiento, o el helicóptero no tripulado Pelícano, entre otros.
Ahora, la última solución que ha presentado la compañía de Fernando Abril-Martorell es su sistema inteligente ARMS (Anti RPAS Multisensor System), diseñado para proteger infraestructuras críticas y edificios oficiales en los que el vuelo de este tipo de aeronaves sin autorización puede suponer un problema de seguridad. Para ello, el sistema de Indra está preparado para detectar a las aeronaves remotamente tripuladas a través de un radar que ofrece un alcance de varios kilómetros de distancia. Una vez confirmada la información del radar que detecta el dron, se activa la siguiente fase, caracterizada por el uso de un inhibidor de frecuencia en distintas bandas. Acto seguido, la solución ARMS de Indra procede a anular la señal de los equipos de geolocalización del dron así como su enlace de comunicaciones con la estación de control desde la que se opera.
Años de experiencia avalan a Indra
Este avance ha sido posible gracias al liderazgo que mantiene la compañía tecnológica española en el desarrollo de sistemas de defensa electrónica, radares y sistemas de comunicaciones. En este sentido, Indra está efectuando sobre su sistema mejoras dirigidas a ofrecer la máxima precisión a la hora de que el sistema realice la clasificación y seguimiento de la aeronave no tripulada, combinando el empleo de imágenes térmicas y la escucha radioeléctrica. Asimismo, siguen investigando en técnicas de suplantación para lograr, en un futuro presente, que el sistema ARMS permita apoderarse del control del dron y dirigirlo a una zona sin riesgo. En definitiva, conseguir una mayor precisión para asegurarse de que estos drones no invadan ni ataquen el espacio de plantas industriales, aeropuertos o edificios oficiales.