Forsman & Bodenfors: “Invertir la pirámide organizativa es invertir en creatividad”

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SAN SEBASTIÁN.- Ted Harry Mellström y Agustín Soriano de Forsman&Bodenfors estrenaban el Día C de Club de Creativos contando su modelo de liderazgo horizontal, en el que nadie aprueba o rechaza las ideas de los creativos: “Hay dos variables que garantizan el éxito, cuánto más trabajas y más talento tienes, mejor es el resultado. Sin embargo, si trabajas en un entorno adecuado, puedes ser la mejor versión de ti mismo“. 

En un entorno nocivo tu trabajo pierde calidad, continuaban turnándose para dirigirse al auditorio, “por eso es importante hacer sentir a la gente a gusto. Confiamos en cada creativo, cada uno de ellos lleva sus propios negocios, tienen plena libertad, no tenemos directores creativos, no tenemos CEOs ni altos cargos”.

Le dan la vuelta a la pirámide organizativa de la empresa para que la base esté arriba llena de creativos y solo al final esté un alto cargo que interviene si hay algún problema. La charla precisamente se llamaba “esta charla no ha sido aprobada por nadie”. Añadían que: “Cuando contratamos gente no solo estamos buscando portfolio, buscamos que se integren con los valores, que sepan presentar un trabajo además de hacerlo, que sepan colaborar.

Compartían con la industria su modelo de trabajo en el que “no tenemos creativos asociados constantemente a un cliente, ni duplas establecidas. Todos los profesionales se van moviendo entre los proyectos, porque no tienes que enfocar tu carrera solo hacia un cliente”. Como ejemplos de su creatividad, ponían anuncios caracterizados por contar con un punto rebelde:

Continuaban diciendo que: “Tenemos malas ideas y navegamos a través de ellas, hasta que encontramos una buena”. Confesaban que es complicado mantener el equilibrio entre “hacer un trabajo de alto nivel, pero portándonos bien con las personas”. Uno de los mejores trabajos de la agencia es esta pieza para una marca de cosméticos, en la que defendía la capacidad de las chicas chinas de decidir estar solteras y no criminalizar el hecho de que no tengan marido ni llevarlas al “mercado” de solteros.

Tras esta ponencia subió al estrado José María Batalla, director creativo e impulsor de La Casa de Carlota y Joan Teixido, alto cargo de grandes agencias de publicidad durante años, que un día decidió dejar todo eso para hacer responsabilidad social “de verdad”, y para hacer algo que le gustaba realmente, y que no era ser director general de ninguna agencia.

La Casa de Carlota, es un estudio de diseño profesional con un equipo creativo insólito: personas con síndrome de Down y autismo, que trabajan de forma integrada y absolutamente normalizada con jóvenes estudiantes de escuelas de diseño, ilustradores y directores de arte seniors.

 

Dave Trott fue el siguiente ponente de la mañana, que compartía con el auditorio reflexiones sobre la industria. Les preguntaba a los asistentes si eran capaces de recordar un anuncio que hubieran visto el día anterior, teniendo en cuenta que vivimos expuestos a cientos de impactos publicitarios cada día. Nadie levantaba la mano en la sala, de modo que el ponente concluyó: “Lo que hacemos es invisible, hablamos para nosotros mismos. Nadie nos escucha”. Añadía reflexiones como que “no hay ninguna creatividad en el estilo, el estilo es genial pero no es creatividad”.

 

Eva Santos, la directora general creativa de proximity España, trató uno de los problemas de la industria “la conciliación sea con tu hijo, tu gato o tu sofá. No es ciencia ficción tener una vida personal en publicidad”.

Hablaba por parte de la plataforma Más Mujeres Creativas que se presento en Club de Creativos en 2016 y que defiende que solo un 11% de directores creativos son mujeres, cuando el 80% del poder de compra lo tiene la mujer, y un 91% de ellas no se siente identificada con el rol femenino en publicidad. Comentaba que las mujeres en altos cargos creativos son tan poco comunes, que se empezaba a dudar de su existencia, como si fueran sirenas. 

 Además aseguraba que las pocas que se quedan en el barco son tratadas de forma distinta: “Te dan cuentas de productos rosas, de productos considerados como femeninos. No te van a dar la cuenta de un coche, porque eres mujer”.

Seguiremos informando…

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