La OMS califica al dolor como la mayor amenaza para la calidad de vida a nivel mundial. Y es que el dolor crónico conlleva importantes repercusiones clínicas con limitaciones de las actividades diarias, interrupción de la vida social, absentismo e incapacidad laboral, aumento de las depresiones y pensamientos suicidas, así como disminución significativa de la calidad de vida. Se trata de uno de los problemas de salud más frecuentes en la población adulta y que más consecuencias conlleva a nivel físico y socioeconómico.
“El dolor es una experiencia desagradable que sufre el paciente y en la que influyen todos los aspectos vitales de la persona, y es precisamente ahí donde el médico de Atención Primaria se encuentra como profesional sanitario”, apunta el doctor José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), quien sitúa a los médicos especialistas en Medicina de Familia en una posición fundamental para abordar este problema, ya que constituyen la puerta de entrada del Sistema Nacional de Salud y son los profesionales más próximos y que realizan el seguimiento del paciente.
El abordaje del dolor crónico supone uno de los principales retos de estos profesionales ya que es la causa de más del 50% de sus consultas. “El porcentaje de pacientes con dolor intenso que visita al médico de familia varía entre el 58,8% de los pacientes con artrosis en las manos a un 75,9% de los pacientes con fibromialgia”, según afirma el doctor Francisco José Sáez, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Y añade que los pacientes con dolor intenso visitan 3 veces más al médico de familia que aquellos pacientes con dolor leve y casi 4 veces más que la población que no padece dolor, lo que supone cuantiosos recursos para el Sistema Nacional de Salud: “Un ejemplo de esto es que casi el 40% de las personas que sufren dolor intenso se ausentan de su puesto de trabajo mientras que apenas lo hace un 3% de la población que no lo sufre. Solo la lumbalgia representa una de las mayores cargas económicas en los países desarrollados”.
Bajo el lema: “Avances en Dolor en Atención Primara: un reto alcanzable”, la Sociedad Española del Dolor (SED), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), con el apoyo de Grünenthal, han organizado este curso que ha reunido en Madrid a alrededor de 200 profesionales relacionados con el ámbito del dolor.
Abordajes diferentes y pacientes en “situaciones especiales”
Otro de los aspectos que se ha presentado es el abordaje del dolor en pacientes en “situaciones especiales” como pueden ser personas con otras comorbilidades, trastornos anímicos, o deterioro cognitivo. En el caso de estos últimos, el dolor está infravalorado ya que estos pacientes pueden llegar a perder la capacidad para identificar y expresar el dolor.
“Es clave recordar que el dolor en estos pacientes es un factor de riesgo importante en el empeoramiento de su calidad de vida, y un inadecuado control del mismo puede producir deterioro funcional y cognitivo, lo que está llevando a considerar el dolor como factor de riesgo de mortalidad”, apunta el vicepresidente segundo de la SEMG. A este respecto, el presidente de SEMERGEN añade que “los pacientes ancianos tienen necesidades especiales porque su fisiología es diferente por la edad y suelen tener otras enfermedades añadidas (comorbilidades) suelen estar polimedicados, tienen muchas veces condiciones sociales y familiares complejas”.
De la misma manera, durante el curso, los profesionales reunidos han abordado temas como las combinaciones farmacológicas de analgésicos, así como las nuevas dianas terapéuticas y fármacos de experimentación. “Para los profesionales que trabajamos con el dolor son importantes también los enfoques no farmacológicos que ayudan de manera directa a mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico, por eso, durante el curso, también hemos querido dedicarle un espacio a estos tratamientos complementarios como pueden ser el ejercicio o la terapia cognitivo-conductual y el midfulness”, comenta el doctor Mayoral. A este respecto, el doctor Llisterri destaca que “el dolor crónico es frustrante y debilitante, y aquí es donde el mindfulness se demuestra eficaz”.
La importancia de la formación en dolor entre los distintos profesionales clínicos
Se trata de la cuarta edición de una actividad formativa ya consolidada, y que, según el doctor Víctor Mayoral, director del curso y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED): “Su objetivo es actualizar y compartir nuevos conocimientos farmacológicos, tecnológicos y organizativos para un correcto diagnóstico y tratamiento del dolor, siempre teniendo en cuenta la importancia de la continuidad asistencial entre Atención Primaria y especialistas en dolor”.
En este sentido, el doctor José Luis Llisterri hace hincapié en que la formación sobre el dolor es deficitaria tanto a nivel pregrado en Universidades, careciendo de programas propios relacionados con dolor en la formación de especialistas y en la formación continuada de los profesionales. “Es necesaria una formación constante y continuada para poder controlar desde el inicio a estos pacientes, ofreciéndoles calidad asistencial y las mejores garantías de eficiencia y excelencia”, destaca.
De la misma opinión es el Dr. Juan Carlos Hermosa, Médico de Familia y representante de SEMFyC, para quien “entre las principales líneas de mejora y carencias que se han debatido se encuentra la necesidad de una formación específica en dolor dirigida a los profesionales de Atención Primaria”. Y es que, según ha destacado, estas jornadas se han diseñado para poner de manifiesto “que una apuesta clara por la Atención Primaria garantizará una atención sanitaria integral, lográndose la máxima calidad de vida y funcionalidad de las personas con dolor crónico en su entorno social, familiar y laboral”.