Jornada “VIH es: ir más allá de la indetectabilidad”

Publicidad

Ayer 27 de marzo tuvo lugar en Bilbao la reunión organizada por Gilead Sciences “VIH es: Ir más allá de la indetectabilidad”, una sesión donde expertos en la materia han participado y hablado sobre las nuevas estrategias para mejorar la atención y la calidad de vida de los pacientes con VIH. Se abordaron otros aspectos como identificar y prevenir la infección de la enfermedad, las comorbilidades y las necesidades médicas no cubiertas en el abordaje actual de esta patología.

La presentación contó con la participación de la Dra. Josefa Muñoz Sánchez, del Hospital Univ. De Basurto, Bilbao; la Dra. Teresa Rubio Obanos, del Hospital Reina Sofía de Tudela; el Dr. Francisco Javier rodríguez Arrondo, del Hospital Univ. Donostia; el Dr. Vicente Estrada, del Hospital Univ. Clínico San Carlos de Madrid; la Dra. Mª José Crusells, del Hospital Clínico Univ. Lozano Blesa de Zaragoza; el Dr. José Luís Casado, del Hospital Univ. Ramón y Cajal de Madrid; la Dra. Piedad Arazo, del Hospital Univ. Miguel Servet de Zaragoza; Dña. Mª Asunción García Gonzalo, del Hospital de Galdakao-Usansolo de Bilbao y  D. Juanse Hernández, de GTT de Barcelona.

Se está asistiendo a un claro cambio en el perfil del paciente VIH y es fundamental reflexionar sobre cómo se puede ir más allá del control virológico y abarcar las diferentes situaciones a las que se enfrenta el paciente. Esto obliga a considerar la infección por VIH desde una nueva perspectiva, teniendo en cuenta que a día de hoy se ha transformado en una enfermedad con aspectos a destacar: su evolución crónica, con un aumento de la supervivencia y su carácter de enfermedad inflamatoria sistémica, que conlleva a la afectación multiorgánica con diferentes comorbilidades, la aparición de neoplasias no definitorias de SIDA y el envejecimiento prematuro de los pacientes.

En palabras de la Dra. Muñoz, “con el tratamiento antirretroviral actual, la infección por el VIH está controlada, siempre y cuando se tome la medicación. Como en otras enfermedades crónicas, se mantiene un estado de inflamación crónica que favorece el desarrollo de comorbilidades, con mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, renales, alteración de la densidad mineral ósea, mayor incidencia de algunos tumores no definitorios de sida y un envejecimiento más precoz, entre otros.

Todo ello asociado a los factores clásicos de estas complicaciones, que son más prevalentes en la población con VIH que en la población general. Es prioritario incidir en hábitos de vida saludable como abandono del tabaco, evitar la vida sedentaria, dieta adecuada, así como el control farmacológico de la hipertensión”.

 “Siembre hemos tenido que contar con un paciente autónomo, activo que tiene consecuencia de la enfermedad y de la importancia de la adherencia, medidas de prevención, etc. Cuando el paciente es activo, conoce su enfermedad y sus complicaciones, los resultados en salud son significativos. El equipo multidisciplinar para el abordaje de las distintas patologías se ha hecho imprescindible y el médico de atención primaria adquiere un papel fundamental en la coordinación y control cercano”, concluyó la Dr. Muñoz.

Actualmente y con acceso a un tratamiento apropiado, los pacientes con VIH cuentan con el potencial de vivir casi tanto tiempo como la población en general. Sin embargo, las investigaciones muestran que tienen un riesgo más alto de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, lo que significa que ayudar a conservar la salud a largo plazo debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre tratamientos.

A medida que los pacientes con infección por el VIH envejecen, determinadas comorbilidades como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, eventos cardiovasculares, osteoporosis y disfunción renal son más prevalentes. Sabemos que diversos síndromes geriátricos como la fragilidad o el deterioro cognitivo son más prevalentes a partir de la séptima década de la vida. A medida que las cohortes sigan envejeciendo, se deberá afrontar esta realidad.

Durante la jornada se han analizado los motivos por los que es necesaria una nueva aproximación en el manejo de las necesidades no cubiertas en los pacientes con VIH. Por un lado, se ha destacado cómo la innovación en el tratamiento ha transformado el VIH en una patología de evolución crónica. Sin embargo, los pacientes con VIH siguen teniendo una esperanza de vida más corta y comorbilidades más debilitantes debido a la acumulación de riesgos a lo largo de la vida.

Asimismo, los especialistas han señalado que la supresión virológica por sí sola no significa estabilidad clínica y se debe evaluar el impacto a largo plazo del VIH y los efectos no deseados de los antirretrovirales (ARV) cuya relación beneficio-riesgo, en la actualidad, se considera aceptable. En definitiva, se trata de plantear una nueva aproximación en la atención del VIH que identifique de forma activa posibles riesgos y responda a las necesidades de los pacientes en el largo plazo, yendo más allá de la indetectabilidad y manteniendo y restableciendo la salud en las personas que viven con VIH.

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil