La nueva presentación de la polipíldora CV permitirá optimizar la prevención de más pacientes

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Se cumple un año desde que las cinco principales sociedades científicas implicadas en el manejo del paciente crónico polimedicado y con riesgo cardiovascular firmaron el I Documento de Consenso del Uso Clínico de la Polipíldora Cardiovascular para protocolizar el uso de esta estrategia terapéutica. Ahora, se aproxima un nuevo escenario en el campo de la prevención cardiovascular, ya que está aprobada y estará disponible en España en los próximos meses la nueva formulación de la polipíldora con una mayor dosis de atorvastatina, lo que abre la puerta a un mayor espectro de pacientes candidatos a ella. Sobre ello han debatido durante la Reunión Less is More recién organizada por Ferrer en Madrid.

Hasta ahora, la polipíldora cardiovascular juntaba en un solo comprimido la triple terapia que recomiendan las guías para mejorar el pronóstico de un paciente tras un primer evento cardiaco (antiagregante+antihipertensivo IECA+estatina). La dosis de estatina (concretamente, atorvastatina), era de 20mg y ahora estará también disponible con la dosis de 40mg (ac. acetilsalicílico 100mg; ramipril 2,5, 5 y 10mg). Tal y como comenta el Dr. José Ramón González-Juanatey, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, “la dosis de 40mg de atorvastatina amplía el escenario de la polipíldora, que podrá ser usada en los pacientes que con la dosis más baja no lograban el objetivo lipídico.

Además, podrán beneficiarse de ella, tal y como indican las Guías Americanas de Lípidos, todos los pacientes mayores de 75 años. Más pacientes crónicos estables, e incluso los agudos, podrán beneficiarse de la polipíldora, lo que redundará en una mejor cumplimentación terapéutica y reducirá su riesgo cardiovascular”. Asimismo, el Dr. González-Juanatey apunta otra novedad, y es que “habrá un importante grupo de paciente a los que se prescribirá la polipíldora antes del alta hospitalaria, para mejorar la cumplimentación y el pronóstico desde el hospital, especialmente aquellos en los que no hay duda de que se logrará el objetivo lipídico, y en aquellos pacientes con muchas comorbilidades que tienen un complejo esquema terapéutico y a los que una simplificación de las tomas les resulta de gran utilidad”.

Por tanto, el experto valora la nueva formulación como una estrategia para optimizar, ya desde el alta hospitalaria, la prevención secundaria de estos pacientes, con el fin de mejorar los resultados en el manejo de las enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo la primera causa de muerte en España.

A esta consideración se suma el Dr. Carlos Guijarro, responsable de la consulta de Riesgo Vascular de Medicina Interna del Hospital Universitario de Alcorcón: “Tradicionalmente los hospitales suelen usar los componentes farmacológicos por separado y evitan el uso de tratamientos combinados, ya que este modo de actuar tiene claras ventajas desde el punto de vista de la organización de la Farmacia y la titulación de los tratamientos.

Ahora bien, existe un problema no trivial que es el de la conciliación del tratamiento tras el ingreso. Al alta de un proceso agudo los pacientes suelen recibir un tratamiento complejo cuyo seguimiento puede ser problemático”. En este sentido, el experto especifica que la unificación de diversos componentes farmacológicos en un solo comprimido puede facilitar la adherencia terapéutica. “Si el paciente identifica durante el ingreso hospitalario la polipíldora como el núcleo de su tratamiento protector cardiovascular, es más fácil que el paciente lo asuma como un elemento central de su terapia”, apostilla.

El papel de la polipíldora en Neurología: hacia la reducción de la recurrencia del ictus

El Dr. Jaime Masjuan, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, explica que “el paciente que ha tenido ya un ictus necesita los tres componentes de la polipíldora para evitar sufrir un nuevo ictus, y por tanto la polipíldora va a contribuir a una mejor adherencia del paciente, porque gran parte de las recurrencias del ictus ocurren porque el paciente abandona el tratamiento precozmente”.

 

Cabe subrayar que el ictus es la primera causa de muerte de la mujer en España y la tercera global. En España se producen cada año 110.000 ictus, de tal manera que es uno de los problemas sociosanitarios más importantes. Puesto que, afortunadamente y debido a los avances en la fase aguda del ictus, cada vez son más los pacientes que superan un ictus sin discapacidad, “la prevención secundaria cobra una gran repercusión porque hay que intentar evitar un segundo episodio. Después de un segundo ictus, es muy difícil que alguien quede sin secuelas”, aclara el Dr. Masjuan.

No obstante, hasta ahora en neurología no se ha utilizado demasiado la polipíldora, precisamente porque la dosis de atorvastatina 20mg resultaba insuficiente para estos pacientes. “Ahora, cuando tengamos la dosis de 40mg, la prescripción en los pacientes que han sufrido un ictus claramente va a aumentar. Podremos mejorar la adherencia de los pacientes sobre todo a largo plazo, y de esta manera evitaremos muchos nuevos episodios de ictus, con la consecuente reducción del gasto sanitario, ya que cada ictus cuesta al año entre 30.000 y 60.000€, según la gravedad y el nivel de dependencia que provocan”, añade el Dr. Masjuan. 

 

La importancia de la simplificación del tratamiento en Medicina Interna

¿Qué consideración existe en Medicina Interna sobre la polipíldora? Según opina el Dr. Guijarro, hasta ahora lo han considerado como una perspectiva de futuro, pero no como una realidad concreta del día a día, especialmente porque la formulación disponible hasta ahora se basaba en tratamiento hipolipemiante de intensidad baja o media, de una utilidad más limitada en pacientes de alto riesgo. Ahora, “la llegada de la nueva polipíldora nos abre mucho más el espectro de candidatos a recibir este tratamiento y ofrece una diana de población mucho más amplia, lo que nos facilitará su incorporación a la práctica clínica diaria”.

 

 

A pesar de que en Medicina Interna abordan una gran heterogeneidad de pacientes, los principales candidatos serán los polimedicados, con alto riesgo de toxicidad por una dosis muy alta de estatinas y que requieren una simplificación del tratamiento para su seguimiento debido a que reciben múltiples medicamentos para otras patologías.

 

 

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