“No sé decir adiós”, la película más premiada del Festival de Cine de Málaga 2017, en “Destino: Wonderland”

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El debut en la dirección de largometrajes de Lino Escalera (reputado cortometrajista y realizador publicitario) se estrenó comercialmente el pasado 19 de mayo tras su paso por el último Festival de Málaga. Allí, “No sé decir adiós” obtuvo cuatro galardones que la convirtieron en la cinta más premiada del certamen, siendo reconocida con el Premio Especial del Jurado y con otras tres Biznagas de Plata que fueron a parar a las manos de Juan Diego, Nathalie Poza, y el dúo de guionistas formado por el propio Lino Escalera y Pablo Remón, respectivamente.

“Destino: Wonderland” pudo compartir unos minutos con los tres últimos, en primer lugar con el fantástico tándem que ha trasladado a la pantalla la idea original de Lino Escalera, quien dio toda la libertad a Pablo Remón para que eligiese el modo y el tono en que la historia debía ser narrada. El resultado es una película que no rehúye el dolor (de hecho, el núcleo es lo primordial, aquello que mueve, quiebra y a ratos anula a los personajes), pero que posee una elegancia formal que apenas se altera, no es necesario escarbar en sentimientos que cualquier espectador ha experimentado (o teme tener que hacerlo) en algún momento, basta con esbozar, hacer intuir, recurrir a la memoria emocional de cada uno.

La cinta habla del sentimiento de orfandad, de la pérdida, de cómo afrontar el final de la vida de nuestros mayores y lo hace con contención, incluso con prudencia, pero sin evitar los zarpazos de angustia e impotencia, el modo en que la enfermedad siempre golpea a traición y sin tiempo para intentar paliar sus efectos, tanto en el enfermo como en sus cuidadores.

Nathalie Poza, la magnífica protagonista del film (secundada con suma brillantez por Juan Diego y Lola Dueñas), habla sobre la necesidad de que historias así se cuenten, en parte para no sentirnos solos y sobre todo para no fustigarnos ni culpabilizarnos más de lo debido, siempre nos parecerá que no hacemos lo suficiente, que no actuamos como es debido, que nos equivocamos, como así le sucede a su personaje, una mujer imperfecta, como cualquiera de nosotros, con flaquezas, incoherencias, problemas de comunicación, silenciando afectos o arrojándolos sobre los demás.

“No sé decir adiós” duele por momentos pero también proporciona alivio, pero no hay que rechazarla porque, como señala Nathalie Poza, “llorar en el cine está poco valorado porque resulta terapéutico”.

Es nuestra recomendación en esta edición de “Destino: Wonderland”, que comenzamos reivindicando el lema del World Pride 2017: “Ames a quien ames, Madrid te quiere”.

Seguiremos informando…

 

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