El arte de transformarse

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¿Qué significa transformarse? ¿Debemos estar en continuo cambio y evolución? ¿Cuántas vidas diferentes podemos vivir? ¿La capacidad de transformarse es un arte?

Transformarse es cambiar de aspecto, de forma, de estado de ánimo, etc. Es pasar a ser alguien. Estamos en constante evolución y cambio, nuestras células se regeneran, cambiamos nuestra manera de pensar dependiendo de las experiencias vividas, los aprendizajes, las crisis… todo ello nos abre al cambio. También cambiamos de aspecto, a veces de manera natural sin buscarlo necesariamente y otras a propósito y de forma intencionada. Cambiamos nuestro estilo, nuestra manera de vestir e incluso nuestro comportamiento. Hemos sido creados con la capacidad de transformarnos y esto se puede considerar un arte y también un regalo. En realidad, podemos vivir varias vidas en una sola y en ocasiones vidas muy contrastadas y diferentes. Todo ello suma, aporta y nos permite experimentar, aprender y disfrutar.

Sin embargo, a veces tenemos miedo a los cambios, aun cuando no estemos satisfechos con nuestro estado actual. Lo que pasa es que sabemos estar en él y comportarnos de manera que nos sugiere cierta seguridad. Es la famosa “zona de confort”, que nos puede llegar a encarcelar y no ser capaces de hacer todo aquello que somos capaces de hacer, o lo que es más importante, aquello a lo que hemos sido llamados a hacer.

La transformación continua, es decir, el reinventarse a uno mismo es la mejor manera de descubrir qué es lo que queremos y lo que no, de saber quiénes somos realmente y quiénes queremos ser.

Entonces, ¿qué es lo que nos impide abrirnos al cambio? Como ya se dijo antes, el miedo es una de las razones principales, pero no la única. Nosotros mismos somos nuestros principales saboteadores. La pereza, la inercia, la mediocridad, el conformismo, la falta de ilusión, el no creer en nosotros mismos o la rutina son cosas con las que tenemos que lidiar. Lo primero es reconocerlas y aceptarlas, para después tomar acción, responsabilidad, coraje y lanzarnos a abrir nuevas opciones siendo nosotros mismos pero diferentes, o mejor dicho, diversos.

En programación neurolingüística se  estudia que en el pico del iceberg, en la parte que se ve sobre la superficie, están los cambios “remediativos” que afectan al entorno, el comportamiento y las conductas. Después, justo debajo de la superficie están los cambios “generativos” que influyen en las capacidades, las creencias y los valores. Y finalmente, en la base del iceberg tienen lugar los cambios evolutivos, dónde están la identidad y la transpersonalidad, por lo que si queremos transformarnos es necesario acceder a esta parte más profunda.

Seguiremos informando…

 

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