Tres objetivos de desarrollo sostenible contra la explotación laboral infantil

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Las cifras hablan por sí solas. De acuerdo con el informe mundial publicado por Save the Children, 263 millones de niños y niñas no van al colegio, de ellos 168 millones son obligados a trabajar -un número que supera al total de niños en Europa- y más de la mitad, unos 85 millones, realizan trabajos de riesgo.

El trabajo infantil es un problema que no sólo priva a los niños y niñas de ir al colegio, jugar o soñar con un futuro mejor, sino que es una práctica que pone en peligro el bienestar de las próximas generaciones. Esta situación fomenta la desigualdad y exclusión social, pero a día de hoy muchas empresas que impactan en esta realidad siguen sin ser transparentes en sus políticas.

Según el último índice de Fashion Revolution sobre la transparencia en el sector de la moda, ninguna de las compañías analizadas es transparente al 100%. Un estudio realizado a través del análisis de lo que comunican sobre sus políticas sociales y medioambientales, 100 de las empresas más grandes del mundo. 

Aunque muchos pueden pensar que vivimos en un país y un continente, Europa, en el que estas prácticas no nos afectan, existe una clara relación entre trabajo infantil y la falta de trabajo decente para los jóvenes en la actualidad.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay 75 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años desempleados y muchos más que trabajan por salarios que no son equitativos, sin protección social y realizando labores altamente peligrosas.

Con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el próximo lunes 12 de junio, CANVAS Estrategias Sostenibles ha querido analizar 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible la ONU (ODS)  que juegan un papel fundamental en esta situación y requieren del esfuerzo de todos para cambiar la realidad que sufren cada día millones de niños y niñas en todo el mundo:

 

Para las socias fundadoras de CANVAS Estrategias Sostenibles, “promover el trabajo decente y un sueldo digno para los adultos, es una de las formas de reducir las altas cifras de desigualdad, favoreciendo que los niños y niñas no tengan que abandonar la escuela y trabajar para que su familia pueda salir hacia delante. Y en eso todos debemos aportar para el cambio, desde la forma en que se trabaja en una pyme como en una multinacional. El caso es fijarlo como principio clave de actuación”.

 

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