La violencia pasiva

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Todos nos hemos sentido agredidos en alguna ocasión sin que nadie nos esté poniendo una mano encima. No es necesario el uso de la fuerza física para agredir a otra persona. Ésta es una forma de violencia que no resulta tan escandalosa como una agresión física porque su uso es mucho más discreto y sutil, pero que puede causar daños mucho más graves y duraderos que la violencia física.

Considerarla menos importante que la violencia física sería infravalorarla peligrosamente, sería como pensar que una chispa no se puede convertir en un incendio; de hecho, en la mayor parte de las ocasiones, una agresión física viene precedida por una escalada de violencia pasiva que ha servido de combustible para el estallido de la violencia física.

Del mismo modo que si conocemos qué productos son combustibles y cómo puede producirse una chispa seremos capaces de evitar muchos incendios, si conocemos mejor este tipo de violencia, si sabemos cómo y por qué se produce y qué la alimenta, seremos capaces de tener conversaciones y comportamientos diferentes que evitarán gran parte de esas agresiones.

Es una habilidad que todos podemos desarrollar y que, en la medida que logremos evitar la violencia en nuestra vida, estaremos mejorando nuestra vida… y la de los demás.

Seguiremos informando…

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