Las infecciones del sitio quirúrgico suponen en torno al 28% del total de infecciones nosocomiales en España

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Según datos del estudio EPINE de 2016 de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, las infecciones nosocomiales -aquellas que se contraen durante una estancia hospitalaria- afectan a un 5,5% de pacientes en España. Dentro de ellas, las más frecuentes son las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ), con una tasa del 28,16%; y tras ellas se encuentran las respiratorias, con un 21,85%; las urinarias, con un 20,05%; y finalmente las bacteriemias e infecciones asociadas a catéter con un 14,81%.

En el caso de estas infecciones del sitio quirúrgico prolongan la estancia media hospitalaria unos diez días, y suponen un coste adicional que, se calcula, podría ascender a un promedio de 9.657€ por caso de ISQ en los hospitales españoles, según la publicación de Allué de 2014.

Además de ello, los pacientes que las sufren tienen el doble de probabilidades de pasar por cuidados intensivos, cinco veces más de opciones de ser reingresados tras el alta hospitalaria o, incluso, dos veces más de probabilidad de muerte respecto a un paciente sin infección, como refleja la guía para la cirugía segura de la OMS publicada en 2009, aunque, como afirma el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, el doctor Francisco Botía, “teniendo en cuenta que todas las infecciones conllevan la posibilidad de fallecimiento, en las ISQ el riesgo no es muy alto, sino que se sitúa en torno al 0,5%”.

Es fundamental conocer las causas de riesgo que facilitan las ISQ, para lo cual hay que tener en cuenta las características del paciente –estado de salud, edad-, la duración de la intervención quirúrgica o la localización anatómica de la operación y su grado de contaminación.

Métodos preventivos para evitar las ISQ

Los hospitales y los profesionales sanitarios tienen que ser conscientes de que la prevención es fundamental en estos casos. Así, las medidas higiénicas resultan imprescindibles, desde la correcta preparación de la piel del paciente antes de la cirugía hasta la desinfección ambiental de los quirófanos y la higiene de manos de los profesionales sanitarios, para conseguir evitar estas infecciones del sitio quirúrgico.

 

A ello se añaden otras fórmulas como las que señala el doctor Francisco Botía como “el uso de rasuradoras que no produzcan microheridas en la piel, la correcta aplicación y elección del antiséptico, protocolizar bien las profilaxis antibióticas o mantener buena irrigación del espacio quirúrgico, entre otras”.

Entre las medidas más eficaces para reducir el riesgo de las ISQ y que favorecen el éxito quirúrgico, también destacan las suturas recubiertas con antiséptico triclosán, ya que inhiben durante al menos siete días la colonización de organismos, según han demostrado varios estudios in vitro.

En este sentido, el experto afirma que, “estas suturas favorecen el éxito quirúrgico gracias a su resistencia y a su recubrimiento con antiséptico triclosán, que aporta un beneficio claro en la prevención de las ISQ y mejora la técnica quirúrgica, especialmente en las cirugías de localización superficial, situadas por encima del tejido celular cutáneo”.

Tal es así que estas suturas antibacterianas son recomendadas desde 2016 por la OMS independientemente del tipo de cirugía y, recientemente, por las últimas actualizaciones de la guía del Center for Desease and Control and Prevention (CDC)  y del American College of Surgeons and Surgical Infection Society.

 

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