Un 60% de las personas con discapacidad ya utiliza Apps específicas para facilitar las tareas de su vida cotidiana

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El próximo 15 de julio se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, es decir aquellas cuya finalidad es ayudarnos a resolver problemas, prestando atención especial a criterios éticos, culturales, sociales y económicos de la comunidad a la que dan servicio. En este contexto, y por sexto año consecutivo, la Fundación Adecco y Keysight Technologies Spain presentan el Informe Tecnología y Discapacidad, con el objetivo de analizar el impacto que las Nuevas Tecnologías (NT) están teniendo en la calidad de vida y en la plena inclusión de las personas con discapacidad. El informe basa sus conclusiones en una encuesta a 300 personas con diferentes discapacidades.

Las Apps, alidadas de las personas con discapacidad

En los últimos años, las aplicaciones móviles han supuesto todo una revolución tecnológica. Pero, ¿qué son exactamente? Bajo las siglas Apps, en inglés, se trata de útiles informáticos diseñados para facilitar la ejecución de una tarea concreta (personal, profesional, comercial, etc) desde teléfonos inteligentes y tabletas. En mayor o menor medida, todos los usuarios de dispositivos móviles utilizamos las Apps, debido a que simplifican nuestras rutinas: por ejemplo cuando nos comunicamos por Whatsapp o cuando adquirimos un producto en una tienda online (e- commerce).

No obstante, más allá de estas aplicaciones de carácter general, existen algunas que dan servicios más concretos y que se han convertido en auténticas aliadas para las personas con discapacidad, permitiéndoles normalizar muchos aspectos de su vida. Se trata de aquéllas que, por ejemplo, permiten comunicarse y manejar los dispositivos móviles en igualdad de condiciones a las personas con discapacidades sensoriales, denunciar la violación de un derecho, encontrar un aparcamiento accesible o posibilitar a las familias localizar a una persona con discapacidad intelectual y asegurarse de que está bien.

Según la presente encuesta, un 60% de las personas con discapacidad son usuarios de estas Apps más específicas, siendo los que más las emplean los que tienen discapacidad visual (77%), seguidos de los que tienen discapacidad auditiva (73%), física (65%) e intelectual (50%). Pero, ¿qué tipo de Apps y/o útiles emplean? Algunos de los más habituales, y que han sido mencionados en la encuesta, son las siguientes:

 

 

Nuevas Tecnologías, factor de empleo

A pesar de los incuestionables avances que se han experimentado en materia de empleo de las personas con discapacidad (la contratación en el último año se ha incrementado un 20%, según el SEPE), las cifras siguen hablando por sí solas, reflejando una desigualdad aún patente, como exponemos en los siguientes puntos:

 

 

En el caso que nos ocupa, cabe preguntarse cómo pueden ayudar las Nuevas Tecnologías a acercar a los inactivos con discapacidad al mundo del empleo, y así reducir la brecha laboral. Algunas de las respuestas a esta cuestión son las siguientes:

Por todo lo dicho, no es de extrañar que un 50% de los encuestados asegure que puede desempeñar su puesto de trabajo, de una forma u otra, gracias a la contribución de las Nuevas Tecnologías. Incluso, un 10% de los encuestados con empleo afirma que su empresa le permite teletrabajar, a través del ordenador de su vivienda.

Sin embargo, existe un 27% que afirma que, aunque podría teletrabajar, su empresa le exige acudir físicamente. Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “en nuestro país sigue primando la cultura del presentismo, en lugar de construir relaciones basadas en la confianza en las que se mida al trabajador por objetivos. Posibilitar el teletrabajo a las personas que más lo necesitan, como son las que tienen discapacidad, no sólo ahorraría costes de desplazamiento, sino que aumentaría la motivación y la implicación de los empleados, al sentir que su empresa se preocupa de su desarrollo personal y profesional”.

 

 

La brecha digital, la otra cara de la moneda

El mundo actual ya no puede concebirse sin el apoyo que nos ofrecen las Nuevas Tecnologías para realizar cualquier acción: comunicarnos, comprar, conocer personas, documentarnos, reservar nuestras vacaciones, etc.

 

 

 

No obstante, y a pesar de que las NT son incuestionables aliadas de las personas con discapacidad, en ocasiones pueden convertirse en un factor que maximiza las diferencias, ya que la brecha digital sigue siendo un hecho. Así pues, y a pesar de que la mayoría (37%) no encuentra ninguna barrera para utilizarlas, un 63% sí halla dificultades. Concretamente, un 35% destaca que el coste es muy elevado (por ejemplo, no puede permitirse comprar un móvil mejor o renovar su ordenador); un 13% afirma que, aunque dispone de poder adquisitivo, carece de los conocimientos necesarios para usarlas y un 15% manifiesta otro tipo de barreras.

Según Francisco Mesonero: “no hay que olvidar que la tasa de riesgo de pobreza de las personas con discapacidad (31%) sigue siendo más elevada que la del resto de la población (26%), por lo que no es de extrañar que encuentren más dificultades a la hora de acceder a las Nuevas Tecnologías. Teniendo en cuenta que éstas mueven hoy el mundo, es de gran relevancia no sólo que estén a su alcance, también que cuenten con los recursos para usarlas, en aras de normalizar su vida y facilitar su plena inclusión”. En este sentido, Mesonero añade que “resulta crítico seguir concienciando sobre la importancia de incluir las necesidades de las personas con discapacidad en el diseño de las Nuevas Tecnologías, ya que ello les permitirá ser parte de la sociedad y aportar su talento como cualquier otro ciudadano”.

 

 

 

La Accesibilidad Universal, el gran reto

La mayoría de los encuestados (80%) coincide en que el creciente desarrollo tecnológico no ha ido acompañado de medidas de accesibilidad en el entorno que permitan la participación plena de las personas con discapacidad en las diferentes esferas sociales, lo que ocasiona situaciones de dependencia injustificadas. De hecho, las personas con discapacidad acostumbran a encontrar multitud de barreras cuando salen fuera de casa: al menos la mitad lo hace en la calle, siendo los bordillos en la acera los problemas más importantes para el 38,4% de las personas, seguidos de los obstáculos en las mimas aceras (papeleras, socavones, estrecheces…) que afectan al 36%.

 

 

 

 

No obstante, no todos los problemas responden a barreras físicas, sino que algunas personas con discapacidad también encuentran dificultades para orientarse o identificar calles, cruces o señales. Estas barreras se hacen muy patentes en el transporte público, donde aproximadamente el 50% de las personas con discapacidad encuentra dificultades para subir o bajar del vehículo, acceder a estaciones, interpretar o comprender planos, etc. El siguiente gráfico muestra esta información más en detalle”.

Según Mesonero: “El desarrollo tecnológico es fundamental para la plena inclusión de las personas con discapacidad, pero debe complementarse con medidas de intervención físicas. Por ejemplo, de nada sirve que tengamos un servicio de audioguía instalado en el móvil para consultar un restaurante en nuestra zona, si después acudimos a dicho restaurante y no podemos entrar porque sus instalaciones no son accesibles”.

En otras palabras, hay que aspirar a la Accesibilidad Universal, es decir, aquella que está presente en todo el ciclo y que el Observatorio de Accesibilidad define como la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, así como los objetos o instrumentos, herramientas y dispositivos, para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad, comodidad y de la forma más autónoma y natural posible

 

 

 

 

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