Las protestas contra el turismo masivo siguen generando debate. Esta vez ha sido la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) la que se ha unido a la discusión, emitiendo un comunicado donde condena la “turismofobia”. La FEPET es una organización sin ánimo de lucro, vinculada a la UNESCO, donde están representados todos los sectores de la actividad periodística, y que tiene como objetivos la defensa de los intereses profesionales del colectivo, y la promoción del turismo, tanto nacional como internacional.
La organización ha lanzado el comunicado a raíz de las recientes protestas ocurridas en Barcelona y Baleares, y que ahora se han extendido a más regiones del territorio español. En su comunicado, la FEPET, señala que “España destaca por su carácter como tierra de acogida y los españoles estamos considerados como gente hospitalaria”, y continúan diciendo que son precisamente “estos valores, más nuestro estilo de vida mediterráneo, los que han cautivado a millones de visitantes que cada año deciden disfrutar de su ocio en nuestro país y compartir sus vacaciones con nosotros”.
Entre los actos de protesta que se han llevado a cabo los últimos días, está la irrupción, por parte de varios jóvenes pertenecientes a Arran Països Catalans, en el restaurante Moll Vell de Palma, portando bengalas y desplegando pancartas que decían El turismo mata Mallorca y Aquí se está librando la lucha de clases, ambas escritas en inglés. En Barcelona, se hicieron pintadas en los característicos autobuses que realizan tours turísticos por la ciudad, o se pincharon las ruedas de las bicicletas de alquiler para turistas. También en Euskadi está prevista una manifestación en plena Semana Grande, el día 17 de agosto.
La Federación de Periodistas y Escritores de Turismo, condena enérgicamente estos actos, alegando que, aunque estos actos “han sido protagonizados por una minoría extremista, radical y testimonial, el impacto de estas acciones podría suponer un importante freno o incluso el rechazo de la oferta turística española”. El comunicado de la FEPET, termina subscribiendo los criterios fijados por la Organización Mundial del Turismo, con sede en España, que señala que se debe caminar hacia un “turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente y que reduzca el impacto negativo de las ofertas masificadas”.
El problema de la masificación
En el caso de Barcelona, en los cinco años previos a la llegada de Ada Colau al Ayuntamiento, los alojamientos turísticos habían crecido un 20%. A pesar de que la actual alcaldesa reconoce que el turismo representa un 15% del PIB de la ciudad, cree que necesita una regulación. En esa línea, el Ayuntamiento de Colau ha sancionado con 600.000 euros a la empresa Airbnb por tener 316 pisos turísticos ilegales. Según la tasadora inmobiliaria Tinsa, comprar una vivienda en Barcelona es un 21,7% más caro. Esta subida, según la tasadora, está impulsada por la demanda de compradores extranjeros en distritos considerados “populares”.
El aumento del precio, unido a que las viviendas tradicionales se convierten en apartamentos vacacionales, está desplazando a las familias a la periferia o municipios cercanos, lo que a su vez ha hecho que el precio medio de la vivienda suba en toda la provincia de Barcelona hasta un 11,9%, con 1.963 euros/m2; y en el conjunto de Cataluña hasta un 11,3%, lo que significa un coste de 1.774 euros/m2.
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