Aunque, de momento, los datos de empleo sí acompañan, el futuro del sistema público de pensiones y el progresivo envejecimiento de la población están ocasionando una gran inseguridad respecto a la capacidad financiera que se tendrá durante la jubilación. Según el último estudio de Cigna, “Cigna 360 Wellbeing Survey”, el 44% de los españoles teme no disponer del dinero suficiente para disfrutar de la vejez sin agobios económicos. De hecho, solo el 19% reconoce tener cierta solvencia para afrontarla sin problemas, de ahí que el 40% de los mayores de 25 años ya se esté preocupando por ahorrar de cara al futuro.
Destaca que, si las personas pudiesen seguir trabajando tras la jubilación, el 69% lo haría por necesidad económica, aunque un 67% también seguiría en el mercado laboral por mantenerse mental y físicamente activo. Es más, según reflejan los datos, después del aspecto económico, la mayor preocupación es el deterioro corporal y la falta de movilidad (37%), así como el hecho de convertirse en una carga para la familia (36%).
Para los españoles, la vejez es sólo un número
Con motivo de la celebración el 1 de octubre del Día Internacional de las Personas de Edad que tiene por objeto reconocer la contribución de las personas mayores de 65 años al desarrollo humano y económico, la aseguradora de salud Cigna expone los principales datos obtenidos en su último estudio, “Cigna 360 Wellbeing Survey”, relativos a la percepción de la población española respecto a esta etapa de madurez.
A la pregunta “¿A partir de qué edad somos realmente mayores?”, los españoles establecemos que esta condición se cumple a partir de los 71 años. Como era de esperar, las generaciones a las que pertenecen los encuestados influyen en esta percepción: los de entre 25-39 años dicen que es a los 69 años; los de 40-49 años expresan que se es mayor a partir de los 71; y en el caso de tener más de 50 años, lo fijan desde los 75 años. Sin embargo, en España, se considera que la vejez es una cuestión física, cuyos principales indicadores son: el deterioro de la memoria (65%) o de la salud, con el padecimiento de enfermedades graves (61%), o la pérdida progresiva de movilidad (57%).
Aunque con mucho menor porcentaje, los encuestados también creen que el estado psicológico es una señal de que nos estamos haciendo mayores: sentirse triste o deprimido con más frecuencia (18%), prestar mayor atención a nuestra salud (18%), hablar de acontecimientos pasados con asiduidad (16%) o sentirse solo (14%).