España es uno de los países que más ha crecido en los últimos años en producción ecológica. Pero si hay una zona pionera en nuestro país es la de Calasparra y Moratalla, en Murcia, con cultivos certificados que datan de 1974; una década después, en 1986, se otorgó al célebre arroz de Calasparra la primera certificación oficial.
Fue el comienzo de una nueva conciencia hacia la salud de los consumidores y del entorno natural a la que se fueron sumando agricultores, organizaciones agrarias y ganaderas y también la Administración. Hoy, Murcia es la región de la Unión Europea que más superficie destina a la producción ecológica, con el 26%.
Esta zona pionera en cultivo sostenible se encuentra en un entorno ecológico privilegiado, formado por la cuenca de los ríos Mundo y Segura a su paso por los municipios de Calasparra y Moratalla. Y allí, en pleno corazón verde de Moratalla, nació El Campillo: la principal explotación ganadera ecológica de caprino de leche de la Región de Murcia.
Una finca agrícola de 40 hectáreas de cultivo y más de 250 de pastos y monte mediterráneo que comercializa queso y diferentes tipos de leches fermentadas, como yogur, bífidus y kéfir, bajo las marcas VRAI y Beee, pertenecientes al grupo Triballat.
Productos todos ellos procedentes de leche de cabra, que aporta importantes beneficios a la salud:
- Sus proteínas y grasa son más fáciles de digerir que las de vaca, al ser más pequeñas las células grasas.
- Contiene un 15% más de calcio que la leche de vaca.
- Al tener un alto contenido en ácidos grasos de cadena media es rápidamente metabolizada por el organismo, produciendo energía inmediata.
- Con un manejo adecuado, la leche de cabra supera con mucho en calidad y características organolépticas a la de vaca.
En el Campillo, el 100% de los ingredientes de origen agrícola son de producción ecológica. Se cultivan 40 hectáreas de forrajes para alimentación animal; como fertilizante de los campos, se utiliza exclusivamente la materia orgánica de las cabras compostada. La finca se ha formado en torno a un manantial natural, cuya agua se destina tanto para regar los cultivos como para dar de beber al rebaño.
La explotación se ocupa también de mantener un típico monte mediterráneo, donde pastan las cabras aprovechando, principalmente, las plantas aromáticas, romero, tomillo, espliego… que a través de sus aceites esenciales equilibran su alimentación diaria. Además, se han reforestado amplias zonas de la finca, una masa forestal de 30.000 árboles plantados hace más de 10 años.
El Campillo mantiene un rebaño de 1200 cabras de raza Murciano-Granadina, sin mutilaciones de cuernos, con un manejo orientado a la libre expresión de los instintos propios de la especie. Los animales pastan todos los días del año, en los prados cercanos a la finca o en la montaña.
Las razas autóctonas son una pieza clave en las técnicas de agricultura ecológica. En El Campillo se ha conseguido, en siete años, un sistema productivo ecológico viable que la ha situado a la cabeza en sanidad animal y calidad de leche de las ganaderías de caprino controladas oficialmente.
En la quesería ecológica de El Campillo se elabora diariamente la leche fresca recién ordeñada exclusivamente de sus cabras, que luego se transforma en queso y diferentes tipos de yogur. El control de los cultivos propios para la alimentación animal, la leche de su propio rebaño y unas modernas instalaciones de elaboración avalan la excelente y original calidad de sus productos.
La materia prima para estos productos se obtiene del rebaño de las 1200 cabras, que pastan en la finca y producen unos 500.000 litros de leche al año, de los que se transforman aproximadamente la mitad (43% yogures y 57% quesos).
Juan Luis Amor, responsable de la quesería, busca la tipicidad y la esencia de la cabra murciana, cuna de una de las razas más famosas del mundo, y utiliza únicamente materia prima ecológica y leche cruda.
La fábrica acaba de implantar un nuevo sistema continuo de pasteurización de 2.000 litros a la hora. Y el próximo año comercializará un nuevo formato familiar en envase “verde” biodegradable.
El Campillo y Vrai
La apuesta por lo ecológico de El Campillo se debe principalmente a un compromiso ambiental, como respuesta a la ingente utilización de productos químicos en la agricultura intensiva convencional; por otro lado buscaba una “diferenciación de calidad” a la hora de impulsar una alimentación natural y saludable.
Así, la empresa original, Biogéminis, se integró en 2012 en el grupo francés Triballat, pionero en certificación y producción ecológica desde 1975, y que cuenta con 15 centros de producción en Francia, uno en Italia y otro en España (la fábrica de El Campillo). La marca VRAI, lanzada por la compañía en 1995, fue la primera gama de yogures y postres de producción ecológica; una marca pionera para la que El Campillo produce sus quesos y yogures desde hace cinco años.