¡Qué diría don Torcuato (Luca de Tena) si levantase la cabeza y viera en lo que está quedando su querido ABC! Mientras Petisa y Cata andan desde hace años a lo suyo, que no se sabe muy bien lo que es, pero que les debe dar pingües beneficios. Por su parte, el incombustible Luis Henríquez se mesa los cabellos viendo cómo Bieito Rubido y su edecán Ventoso van camino de entonar el Te Deum sobre el diario centenario.
Sostiene Rubido, el depurador que acoge anuncios de prostitución en su periódico, que laSexta ‘ha desestabilizado gravemente la vida pública española, dándole eco a partidos antisistema’. Tal vez por eso su periódico mantuvo como corresponsal en Bruselas al ahora dimitido ‘embajador’ de la Generalitat catalana, Amadeu Altafaj. O quizás, por la misma razón, no tuvo empacho en invitar a su Foro al gran orador Pablo Iglesias en el otoño de 2015, cuando doña Cata y la muchachada del gallego se hacían fotos con el líder antisistema. Era la moda, y había que estar a la altura. La Historia que defienden es: ‘DEPENDE’.
Sostiene Rubido, el lanzador de cortinas de humo, que ‘Vocento no utiliza la información como un arma de difamación’. Se olvida de aquella primera página del 4 de octubre de 2015, en la que, curiosamente, ABC se dio cuenta de que ‘Ciudadanos desencaja al PP’ justo unos días después de que el Gobierno de Rajoy le denegase una licencia de TDT a Vocento.
Y es que ABC no difama, no. Otra cosa es insultar por el físico personal tildando, como Herman Tertsch del Valle Lerchundi, a Mariano Rajoy de ‘Viejo por canoso de barba, y poco sincero por teñido de pelo’. Todo un fino análisis político de gran altura.
Sostiene Rubido que Vocento ‘se limita a dar, y contar hechos que sus lectores tienen derecho a conocer’. Pero al mismo tiempo le hurta a esos lectores que lo que ABC considera ‘ataques’, es tan sólo la denuncia de una situación lamentable: que ese Periódico que se rasga las vestiduras, se financia con anuncios de prostitución. Los mismos que, desde el Ministerio de Sanidad a la Guardia Civil pasando por diversas asociaciones, son vinculados con las mafias de la trata de blancas (no me lo creo).
Dice el gran Bieito que le difaman por dar cuenta de una realidad: ABC cuenta con anuncios de prostitución siendo socio preferente de la Conferencia Episcopal y que, hablando claro, el mismo lector puede leerse el pío “Alfa y Omega” y luego contratar los servicios de prostitutas sin salir del mismo diario. La verdad es que es una santa opción, como todas las que recorren las cabezas de los grandes padres de la Católica.
Defiende Rubido que ABC y Vocento mantienen una línea patriótica de actuación. Pero no recuerda que sus licencias televisivas están explotadas por operadores extranjeros. Este dato da igual. Todas las licencias son políticas, están entregadas a los amiguetes a los que hacen millonarios, y los tontos de siempre somos los que las pagamos. Cuando no se da el caso de entregársela a alguien, que lo más cerca que ha estado de una parrilla, es cuando su cuñado le invita a una barbacoa. Pero contrata contenidos, coloca amiguetes, roba desde y para sus productoras… vamos, lo normal en este tipo de actuaciones.
Tampoco encontrará el lector información relevante sobre la crisis de difusión o el plan de recorte de la plantilla del diario, que como todos los grandes, ofrece sueldos de escándalo a los que los hunde, y hunde a los que trabajan.
¿Quién es aquí el antisistema?
