El Gobierno no aprende la lección y descuida la Comunicación sobre Cataluña

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno
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El Gobierno del Partido Popular vuelve a fallar en la elaboración de su estrategia de comunicación con respecto al asunto catalán. El independentismo sabe que el reconocimiento exterior es fundamental para legitimar su movimiento, por lo que sus dirigentes han estado muy concentrados en lanzar su mensaje al exterior desde el principio, algo que el Gobierno ha ignorado siempre, llegando incluso a ser reconocido por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, quien dijo que a partir de ahora las cosas serían diferentes. Sin embargo, salvo en ocasiones puntuales, esto no ha sido así.

La lección parecía aprendida cuando la semana pasada, en el marco de una cena que Jorge Toledo, secretario de Estado de Asuntos Europeos – bajo órdenes del ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis – tenía en Alicante con los embajadores de Francia, Alemania, Reino Unido y Dinamarca, entre otros países; incluía en el orden del día abordar el tema catalán. La misión de Toledo no era otra que la de contrarrestar el relato independentista, acercando a los representantes de los países mencionados a sus postulados.

Sin embargo, como ha quedado demostrado, limitar las acciones de comunicación a momentos puntuales no tiene resultados favorables a largo plazo. Sin contar además que la batalla por ocupar el espacio en el imaginario colectivo – y con ello el respaldo social – se da en los medios de comunicación, lo que se ha convertido en el auténtico punto débil del Gobierno de Mariano Rajoy, y un medio en el que los independentistas se han movido como pez en el agua.

El mismo Puigdemont, en sus meses de exilio en Europa, ha sido un experto en convertirse en noticia. Sabedor de que podría ser arrestado en cualquier momento, no ha reparado en visitar países extranjeros para difundir su mensaje, lo que convertía en noticioso el mero hecho de que el dirigente catalán cogiera un avión. No importaba que en sus ponencias se le pusiera en un aprieto, incluso con su efímero encarcelamiento en Alemania, lejos de debilitarlo, Puigdemont parece haber salido reforzado, y con él la causa independentista, que no da visos de flaquear. Así lo demuestran las miles de personas que se han manifestado estos días en Cataluña pidiendo la liberación de los políticos encarcelados.

Lo que lleva al siguiente fracaso comunicativo del Gobierno: la comunicación con Cataluña. El Gobierno no piensa en incluir a la sociedad catalana en su estrategia de comunicación, por lo que el riesgo de que el problema se enquiste es cada vez mayor. Eso quizás explica las buenas cifras de audiencia (31,9% de cuota de pantalla y 1.104.000 espectadores) que ha cosechado TV3 en su entrevista a Carles Puigdemont ayer domingo. En dicha entrevista el líder independentista aseguró que la prioridad es evitar las elecciones, eligiendo candidato antes del plazo máximo del 22 de mayo. Durante la misma, Puigdemont también reconoció que durante el mes de octubre del pasado año, un ministro del Gobierno le instó a hablar con Rajoy, a lo que Puigdemont accedió, sin embargo, y según las palabras del catalán, fue Mariano Rajoy quien se negó, lo que explicaría la filosofía del Gobierno en materia de Comunicación y el asunto catalán.

Seguiremos informando…

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