La estrategia de Comunicación del feminismo tropieza en Sanfermines

El chupinazo de San Fermín
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A veces, una simple prenda de ropa, con un color determinado, tiene una carga semántica tan grande que no hace falta añadir una sola palabra más. Así, cuando vemos a una persona vestida entera de blanco, con un pañuelo rojo al cuello, incluso en el escenario más descontextualizado, rápidamente la asociaremos a las fiestas de San Fermín de Pamplona.

Precisamente por eso, conocedoras del valor semántico del atuendo, algunas asociaciones feministas han pedido a las mujeres que acudan al ‘chupinazo’ de este 6 de julio vestidas de negro, de luto en protesta por la decisión judicial de dejar en libertad a los miembros de ‘la manada’, y acompañadas del pañuelo morado, color que también se ha convertido en un símbolo, esta vez del feminismo.

“El 6 de julio está convocada una acción que consiste en llevar todas las mujeres una camiseta negra. Desde Valencia, proponemos hacerlo a nivel estatal, y corremos la voz para que todas las mujeres del Estado español llevemos la camiseta negra en repulsa de la manada, las manadas, y el sistema que es la mayor de ellas”, ha publicado en Facebook la asociación valenciana Alerta Feminista y que han abrazado otras plataformas del resto de España.

Sin embargo, esta iniciativa no ha encontrado el consenso en todas las capas del extenso movimiento feminista y la protesta se ha encontrado con una fuerte oposición, no solo del Ayuntamiento de Pamplona, sino de las propias feministas de la ciudad. El movimiento feminista pamplonés se ha desmarcado de esta campaña y reclaman poder ir “vestidas como siempre en San Fermín”, alegando que las feministas no deberían permitir que los acontecimientos respecto a ‘la manada’ cambien sus propias costumbres.

Algunas asociaciones feministas han llegado incluso a pedir el boicot a las fiestas llamando a la no participación de las mismas. Algo que el Ayuntamiento de Pamplona ya ha criticado señalando que “precisamente hoy nos toca a las mujeres tomar la calle y participar en las fiestas”. Asociaciones feministas locales como la Plataforma contra la violencia de las mujeres ya ha anunciado su rechazo a la iniciativa por no haber contado con su opinión, siendo conocedoras directas de las fiestas, y sin que se haya producido así un consenso en el movimiento. “No seremos nosotros quienes les digamos a las mujeres lo que tienen y lo que no tienen que hacer”, ha concluido Iratxe Álvarez, de la Plataforma contra la violencia de las mujeres.

Seguiremos informando…

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