Hace escasos tres meses, la marcha definitiva de Juan Luis Cebrián del Grupo Prisa sorprendía por lo anticipado de la noticia. Ese fue el primer paso de una estrategia de la nueva cúpula del grupo editorial de El País que sigue dando pasos en una dirección que busca un cambio drástico.
Varias semanas después de la salida de Cebrián, Antonio Caño dejó de ser el director de El País dejando paso a Soledad Gallego-Díaz. Ella, al contrario que su antecesor, contaba con el respaldo de toda la redacción del diario y con el visto bueno de la nueva dirección del Grupo. El objetivo era dar nuevos aires a un periódico que ha sufrido en los últimos tiempos una importante pérdida de lectores y una línea editorial que se alejaba de sus lectores más fieles.
La llegada de Gallego-Díaz a la dirección ha estado marcada por un cambio de rumbo y por nuevas líneas de trabajo. La nueva directora de El País tiene claro cuál quiere que sea el rumbo del periódico que encabeza y ha marcado sus primeras e importantes pautas, no sólo el en desarrollo del diario, sino también en su Consejo Editorial.
Tal y como ha adelantado El Confidencial, el Consejo Editorial de El País ha dado un vuelco y ha expulsado a los miembros externos para estar formado únicamente por miembros de la casa. Entre las personalidades que habrían dejado su puesto en este organismo interno se encuentra el que fuera vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. No ha sido el único, la misma publicación también confirma la salida de Cayetano López, Rocío Martínez-Sampere y Emilio Ontiveros.
Con esta decisión, Soledad Gallego-Díaz establece límites que diferencian claramente al Consejo Editorial del Grupo y al Consejo Editorial de su principal periódico. De tal manera que el de El País queda formado únicamente por personas de la casa como, Máriam Martínez-Bascuñán, Joaquín Estefanía o Mónica Caberio, entre otros y el Consejo de Prisa mantiene a importantes nombres de la política de nuestro país como Felipe González o Gabriel Elorriaga.
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