Mucha gente es reticente a tomar vino en verano, especialmente en el tinto, que lo arrincona para el otoño o el invierno, pero esta bebida tiene muchas posibilidades también durante los meses de calor. Así lo aseguran desde Bodegas CARTEMA donde insisten en que el truco está en servirlo a la temperatura correcta y en óptimas condiciones. Y es que tenerlo, ya sea en casa o en la bodega, en perfecto estado es tan importante como elegir un buen vino en cada ocasión, así que ¿por qué no tomar un tinto joven en verano?
“Desterrar el vino en verano es un error. Incluso el vino tinto puede ser una elección perfecta simplemente con servirlo unos pocos grados por debajo de la temperatura habitual, establecido en unos 14-16 grados” asegura Carmelo Hernández, de Bodegas Cartema.
La verdad es que sea por gusto o por costumbre, para disfrutar de un buen caldo no hace falta fijarse en la estación en la que nos encontramos, sino adaptar la mejor propuesta a cada plato. No es nada malo pedir una cubitera junto con el vino para que esté más fresco, ni pedirlo quizá por copas para que se conserve mejor.
Los caldos blancos suelen maridar mejor con platos más fríos como cremas, salmorejo, gazpacho, tortillas, etc; Los rosados combinan más con propuestas tan suculentas como pescados y mariscos o pasta con todo tipo de salsas. Lo cierto es que los afrutados son más refrescantes y van genial en verano pero no son la única alternativa.
Nuestras propuestas:
-Cartema Blanco cosecha 2015. Un delicado crianza de 14 meses sobre lías en barricas de roble francés. Un vino elaborado con un coupage con las variedades Sauvignon Blanc y Moscatel Petit Grains.
Es un vino complejo en el que destaca el aroma de las frutas blancas con un toque amoscatelado y especiado, integrado con notas balsámicas procedentes de la madera. En boca se presenta amplio, graso, floral, frutal, sabroso con medio cuerpo, con un postgusto largo y equilibrado.
-Cartema Rosado 2017. Como el resto de vinos Cartema se adscribe a la Denominación de Origen Protegida “Méntrida”. Presenta notas delicadas de flores mezcladas con aromas de fruta roja, como fresa y cereza, con buena intensidad. Su temperatura de consumo ideal oscila entre los 6-8 ºC. En boca destaca por su amplitud, sedosidad y volumen, y posee un buen equilibrio de acidez, presentando un final largo y armónico.
–Garnacha Centenaria 2016. Monovarietal con gran personalidad. Un vino elaborado con uvas de viñedos centenarios de la variedad Garnacha, una uva caracteriza por su temprana maduración y gran potencial enológico. Posee un marcado carácter, con mucha fruta y buen cuerpo. Una combinación que gusta por su fresco sabor, redondo e intenso, con buena estructura y final largo y equilibrado.