HM Hospitales da las claves para combatir los efectos de la adicción de los jóvenes a la tecnología

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Las tecnologías han contribuido a desarrollar una oferta cada vez más amplia en términos de entretenimiento y comunicación, pero también tienen sus riesgos. Una utilización exhaustiva de dispositivos electrónicos, teléfonos móviles, tabletas y videojuegos por parte de los jóvenes genera preocupación en los padres, que lamentan que el tiempo que sus hijos dedican a este tipo de aparatos puede llegar a crear dependencia. De hecho, la llamada adicción a la tecnología es una nueva patología cuya influencia va en aumento. La Dra. Lilia Marinas Navarro, psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, indica que es necesario distinguir entre uso inadecuado y adicción, ya que se estima que alrededor de un 20% de los jóvenes hace un uso excesivo de la tecnología, mientras que solo un 1,5% de ellos presenta síntomas de adicción.

La especialista de HM Hospitales explica que “la adicción es un problema complejo y grave, hay una repercusión muy importante en la vida del menor, que gira en torno al uso de estos dispositivos, lo que llega a provocar un grave deterioro de sus relaciones en el entorno familiar, social y académico, así como un daño fisiológico”. Los niveles más altos de riesgo se presentan en la franja de edad que va desde los 11 a los 25 años, por lo que es recomendable estar alerta para intervenir antes de que un uso inadecuado llegue a afectar a la vida del menor.

A diferencia de otras adicciones, en la de la tecnología no existe una sustancia química que la provoque, sino conductas repetitivas que en un primer momento generan una sensación de euforia que más tarde deriva en una pérdida de control. Posteriormente surge el denominado síndrome de abstinencia, que incluye el malestar (ansiedad, irritabilidad o sensación de vacío) ante la imposibilidad de conectarse a Internet o de acceder a un videojuego. “Finalmente se establece la tolerancia, es decir, la necesidad creciente de aumentar el tiempo de conexión, lo que repercute en la vida cotidiana”, manifiesta la especialista de HM Hospitales.

La Dra. Marinas Navarro afirma que “las nuevas tecnologías no son adictivas en sí mismas, ya que solo una pequeña proporción de jóvenes presenta problemas de adicción pese al uso generalizado de ellas”. Lo que desata la patología, según expresa la especialista del Hospital Universitario HM Puerta del Sur, es la combinación de un uso inadecuado con determinados rasgos de personalidad, problemas emocionales o factores sociofamiliares. El ánimo depresivo, las dificultades para relacionarse o la búsqueda de emociones fuertes suelen ser factores para desencadenar la adicción.

Pérdida de control

En este punto, en el que se produce la pérdida de control sobre el uso de las tecnologías, comienza a hacerse patente la patología. Para detectarla, la Dra. Marinas Navarro enumera algunos signos de alerta como pasar demasiadas horas frente a las pantallas, incluso nada más levantarse o antes de acostarse; descuidar el aseo personal, alterar rutinas a la hora de comer o dormir, desatender responsabilidades como ir a clase o efectuar las tareas asignadas en el hogar, reducir el rendimiento académico, mostrar irritabilidad o ansiedad cuando no se está conectado y euforia al volver a disponer del dispositivo, mentir acerca del tiempo de uso de la tecnología o aislarse socialmente.

“Si detectamos que nuestro hijo o hija está haciendo un uso exagerado de los dispositivos electrónicos que afecta a su vida social, familiar o académica, debemos tomar medidas lo antes posible. Es necesario actuar para que desaprenda el hábito y que vuelva a usar la tecnología de forma controlada, sin llegar a prohibir totalmente su uso”, alerta la especialista de HM Hospitales.

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