Comunicado de prensa de AFEM sobre el actual caos informático en la Sanidad madrileña

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Ya hace aproximadamente un año y medio que el SERMAS se empeñó en implantar el HP- HCIS, una aplicación de Historia Clínica Electrónica llamada a ser el referente en los grandes Hospitales de Gestión Pública madrileños. Comenzó antes implantándose en el Hospital 12 de Octubre con escasa aceptación por parte de los profesionales y ahora tocaba generalizar sin más. HCIS ha resultado ser una aplicación más administrativa que clínica con escasa utilidad y un deterioro en los hospitales que ya manejaban Historia Clínica Electrónica. Casi 16 millones de euros ha costado la broma con unas prestaciones malas e incompletas.

En el tercer trimestre de 2018 se está implantando otra aplicación que denominan Módulo Único de Prescripción (MUP) y que pretende ser una forma de prescripción de recetas unificada, sin papel. Un sistema unificado de este tipo parece a priori ser una buena idea, ahorraría trabajo, ahorraría burocracia y facilitaría al paciente la adquisición de sus recetas y medicamentos.

Pero en estos meses hemos vivido un verdadero caos sanitario. La implantación del MUP, prevista hace tiempo, se ha acelerado el pasado mes, iniciándose en el conjunto de los Centros de Salud el mismo día, con un apresuramiento y una falta de previsión que ha convertido la labor asistencial en una auténtica pesadilla para los médicos de familia y el resto de los profesionales de Atención Primaria, con continuas caídas de los servidores y de todas las aplicaciones informáticas. Frecuentes y prolongadas caídas de todo el sistema informático se han dado también en grandes Hospitales como La Paz y 12 de octubre.

En estas semanas se ha comprobado que el llamado MUP es lento, pesado y desesperante, y que además ha hecho caer a menudo el conjunto del sistema informático. Ha conseguido que muchos pacientes hayan salido de las consultas con recetas de papel o sin recetas, que hayan salido sin sus pautas para tratamientos tan importantes como los anticoagulantes orales, sin sus resultados o sus citas, con la esperanza de que quizás al día siguiente funcionase el sistema.

El HCIS, al igual que el SELENE implantado en otros hospitales, no deja de torturar a los profesionales y usuarios con su farragosa operativa y las continuas caídas de los servidores. Una aplicación cuyo eslogan era ahorrar tiempo, trabajo y papel, se ha convertido en un impedimento consumidor de recursos humanos y materiales. Una aplicación que cambia la mirada y la palabra por ojos perdidos en una pantalla y clicks de ratón. Una aplicación que cambia el típico volante de peticiones por un taco de folios de papel no reciclado.

Pero lo peor está por llegar. En los Hospitales no hay cultura de prescripción electrónica. En la mayoría no se ha explicado el MUP, a lo sumo un correo electrónico ofreciendo un curso online que no se podrá realizar pues la sobrecarga asistencial no deja huecos. En los Centros de Salud hubo que realizar previamente esa formación online, farragosa y fuera de horas de trabajo, para desesperarse posteriormente con la situación inédita de estas semanas, ante la que los profesionales nos preguntamos si no se podría haber evitado con una activación secuencial y un ritmo que no perjudicara la actividad asistencial.

En este sin sentido no hay tregua. Las gerencias de los grandes Hospitales deben cumplir la consigna antes de fin de año, no importa si genera caos o no, eso se deja para el sufrido personal asistencial. Los directivos tienen que cumplir las órdenes del consejero bajo pena, quizás, de no cobrar los suculentos incentivos de fin de año.

El HCIS, y el control por una empresa privada, CESUS, de múltiples aplicaciones como el MUP, han supuesto de facto la venta de toda la información sanitaria de los madrileños a empresas privadas, y ya sabemos la seguridad que estas empresas tecnológicas brindan al usuario. El HCIS no sirve para estudios clínicos a gran escala, que es lo único que justificaría su uso masivo. El HCIS no sirve para interconectar Hospitales y Centros de Salud. El HCIS no es el único programa de Historia Clínica electrónica y entre ellos no se hablan. HCIS no sirve para ahorrar tiempo y papel. HCIS ha conseguido que el médico ya no pueda mirar a la cara a su paciente. ¿Para qué sirve el HCIS?. Desde luego lo que sí nos sale es muy caro a los madrileños, tras haberse renovado el contrato para su gestión con la empresa IT Corporate Solutions Spain SL, el 12/12/2017, con un aumento de 5.172.785 euros cada 12 meses, que se suman a los 1,8 millones de euros anuales que recibían previamente.

En este contexto cabría pensar que lo razonable sería parar el carro y solucionar problemas antes de seguir navegando en un barco que hace aguas, pero cualquier decisión que pueda parecer lógica no lo es para nuestros dirigentes cuyo lenguaje y forma de razonar están en otra órbita.

De nuevo nuestro Gobierno demuestra que las decisiones técnicas no se toman con argumentos técnicos ni con los profesionales. Aplican decisiones políticas sin mirar más allá. Se implantan servidores y aplicaciones que no se han probado lo suficiente y se hace con mucha prisa lo que nos hace pensar que los intereses que mueven esto pueden no ser sanitarios sino más bien espurios.

AFEM hace un llamamiento a la cordura para recapacitar antes de seguir con una implantación suicida de aplicaciones informáticas que están creando el caos en la Sanidad Madrileña. AFEM no se opone a la llegada del S. XXI pero sí nos oponemos a decisiones con repercusiones poco y mal medidas.

¿Qué es AFEM?

AFEM es una asociación independiente que no está al servicio de ninguna institución ni al amparo de ningunas siglas o ideología política, y pretende alertar sobre el devenir de la Sanidad española, hasta ahora una de las mejores de Europa, haciendo hincapié en que el principal perjudicado del deterioro de ésta, es el propio paciente.

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