David Beriain vuelve este miércoles a DMAX. A partir de las 22:30 horas, la cadena estrena una nueva temporada de Clandestino, cuya primera entrega está dedicada a la problemática de los secuestros en Venezuela, país en el que se producen más de 5.000 raptos cada año. Allí, el periodista se adentrará en varias bandas que han convertido el secuestro en su fuente principal de ingresos, se colará en una cárcel para hablar con uno de los jefes de estas mafias e incluso vivirá en directo una llamada a los familiares de un secuestrado a los que tratan de convencer para que pague su rescate.
Con respecto a los dos relatos que existen en España sobre la situación que vive el país latinoamericano, Beriain es muy contundente: “Las diferentes posturas políticas no le hacen ningún favor, ni unos ni otros. Ambos se miran al ombligo, viendo la realidad de Venezuela como si fuera un partido entre el Barça y el Real Madrid. Es mucho más importante conocer la realidad que viven los venezolanos que la postura política”.
“Invito a todos los que quieran hablar con propiedad de lo que pasa allí a que vayan, tanto de un signo como de otro, porque no tienen ni idea. No veo la realidad que conozco de Venezuela reflejada: en muchas cosas, no tienen razón, y en otras, es peor de lo que piensan. Lo peor que podemos hacer en este caso es convertirlo en un chavistas sí, chavistas no”, prosigue.
Beriain pide a la ciudadanía y a los políticos que se informen sobre el tema y que no hablen a la ligera, un vicio del que, según él, peca mucha gente: “Que cada uno saque sus conclusiones pero que las saque conociendo la realidad. Que se informe, que vea este documental y otros muchos, que lea los de un lado y a los de otro pero, sobre todo, que se encentre a un venezolano por la calle y le pregunte. La mayor parte de gente de España que habla de Venezuela no sabe lo que pasa allí, ni de un lado ni de otro”.
“Cuando estábamos en México, se nos atravesó un coche lleno de gente armada”
Uno de los momentos más tensos de la temporada tiene lugar en el primer episodio, cuando un secuestrador al que está entrevistando asegura que él es “una buena presa”. Pero no ha sido el único instante en el que el reportero ha sufrido por su vida: “En México, unos narcos contaron una carretera para hacer aterrizar una avioneta llena de armas. Lo pudimos grabar y salió bien pero, cuando nos estábamos yendo, se nos atravesó un coche lleno de gente armada y nos encañonó con fusiles y rifles”.
“Durante unos segundos, no supimos quiénes eran y había dos posibilidades: que fueran del mismo grupo con el que estábamos o que fueran los contrarios. Si hubieran sido los segundos, no hubiéramos salido vivos de allí, pero tuvimos la suerte de que eran del mismo grupo y que venían a alertarnos de que estaban llegando los contrarios”, añade.
Para llegar a pulir las seis nuevas entregas que conforman la nueva temporada de Clandestino, el equipo ha trabajado sin descanso durante un año entero: “Las seis entregas se han grabado durante un año pero no es un año dividido en seis, sino que ha costado un año hacer cada capítulo, ya que hay diferentes personas trabajando en cada uno de los episodios. Esas personas trabajan un año en cada historia: hay un trabajo de preproducción, de búsqueda de contactos, de entender las claves de la historia… En el terreno, grabamos más o menos un mes por cada entrega”.
“Se está viviendo una guerra contra el narcotráfico con una intensidad inaudita”
Con respecto al resto de episodios, Beriain destaca varios detalles de cada uno de ellos. De la entrega de la Camorra, lo que más le impactó es ver negocios tan oscuros “en un sitio muy cercano”. “Grabar en Nápoles con la Camorra ha sido estar por la mañana en un sitio lleno de turistas esperando para comerse una pizza en la mejor pizzería del mundo y dar la vuelta a la esquina y encontrarte con sicarios de la Camorra buscados por la justicia que te hablan de cómo matan”, confiesa.
Por su parte, el programa dedicado a la mafia albanesa es “muy impactante”, ya que “tiene un crecimiento terrible y que se rige por unos códigos de honor y venganza implacables”. En ese capítulo, David Beriain comprobará “lo fácil que era conseguir una nueva identidad albanesa” y conseguirá una carta de identidad por la que pasará a llamarse Emanuelle.
A este episodio le seguirán dos capítulos dedicados al tráfico de armas, “dos capítulos muy queridos para mí”, según explica el periodista, que recuerda que, “en los primeros 18 años de este siglo, han muerto asesinadas dos millones y medio de personas, es un genocidio. La inmensa mayoría de esas personas han sido asesinadas con armas de fuego que vienen de Estados Unidos, ya que la laxitud de su legislación permite a la gente adquirir las armas libremente sin que prácticamente quede ningún registro de esa compra”.
“Como no dejan rastro, esas armas pueden ser introducidas en el mercado negro de una manera muy sencilla y, de este modo, pasan la frontera unas 2.000 armas ilegales cada día, unas 750.000 al año. Esas armas van a parar a manos de los cárteles mexicanos y después siguen bajando a las maras centroamericanas y a las guerrillas colombianas, acabando en manos de algunos de los peores enemigos que tiene Estados Unidos. Examinar todo ese proceso ha sido increíblemente interesante y difícil”, explica.
“Por último, tenemos un tema al que llamamos Los herederos de Pablo Escobar que investiga quién se ha hecho cargo del narcotráfico en Colombia. Hemos participado en la operación más grande de la historia contra el narcotráfico, hemos estado un mes y medio con las Fuerzas Especiales de Colombia en una caza al hombre más grande que la de Pablo Escobar. Se está viviendo una guerra contra el narcotráfico con una intensidad que no se había visto hasta ahora. Además, hemos entrado en laboratorios industriales de cocaína en la selva y hemos visto cómo luego era descargada en México”, remata.
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