Una rápida estrategia de comunicación diluye la polémica del dopaje de Sergio Ramos

El pasado viernes, una filtración de la plataforma “Football Leaks” relataba que el defensa del Real Madrid Sergio Ramos se habría visto envuelto en dos polémicas relacionadas con el dopaje; una de ellas, por no informar del uso de un producto durante la última final de Champions League, y la segunda como consecuencia de hacer caso omiso a las indicaciones del agente antidopaje tras el encuentro contra el Málaga de la pasada temporada. Estas informaciones, publicadas por el diario alemán Der Spiegel, dañaban la reputación del sevillano, de su club, de la UEFA (responsable de los controles antidopaje y señalada por ocultar los resultados) y de la Agencia Española de Protección de la Salud del Deporte.

Todos ellos actuaron rápidamente y prepararon una respuesta que evitase levantar una mayor polvareda por un caso que, en su opinión, consideran infundado. Así, la UEFA, la Agencia Española y el Real Madrid emitieron un comunicado el mismo viernes defendiendo su proceder; la UEFA rechazó “enérgicamente las acusaciones infundadas de que ha ocultado resultados positivos de dopaje”, el Real Madrid relató cómo se había desarrollado el caso y cómo habían actuado, y el organismo nacional dejó claro que sólo puede abrir expedientes cuando cuenta con las pruebas válidas y necesarias para ello.

El último en pronunciarse fue el propio implicado. Sergio Ramos habló de estas informaciones a la finalización del encuentro ante el Eibar y, más allá de guardar silencio, desmintió todas las acusaciones, indicó que habían intentado extorsionarle con la información y pasó al contraataque afirmando que tomaría todas las medidas oportunas. Además, estas declaraciones ante la prensa se vieron complementadas con un comunicado.

Si bien la polémica sigue viva y Der Spiegel publicó posteriormente el informe del agente antidopaje a cuyas indicaciones Sergio Ramos no hizo caso en Málaga, la rápida actuación de los implicados en la historia no sólo ha evitado que haya más ruido mediático en torno al camero sino que ha permitido conocer cómo se desarrollo el proceso informativo entre la UEFA y la Agencia Mundial Antidopaje, y cómo el director de ésta última había dejado por escrito que la UEFA había “actuado de acuerdo a las directrices”.

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