Hay un cambio de paradigma
LAS PASTILLAS NO CURAN ENFERMEDADES, LAS CRONIFICAN.
Hace muchos años, o pocos, que me da lo mismo, hubo una batalla en la que un cuerpo de ejército bien alimentado, perfectamente pertrechado, vestido con ropa técnica, óculos que miran con desafío al sol. ¿El estado de ánimo? De excelente para arriba. ¿Hay peleas entre los soldados? Ninguna. ¿Compañerismo? A saco… En el otro lado, los soldados se han levantado empapados de agua, tienen frío, la comida está congelada, las letrinas atascadas, los sacos de dormir flotan en agua sucia. Uno de ello se acerca a pedir prestado un poco de camaradería, sus compañeros le echan del barracón…
Esto es un caso real en cualquier batalla de la vida. Luego, tiene que ver con lo que somos y cómo nos conocemos, cómo nos entendemos y vemos. Y, de cómo luchamos con los nuestros por lo nuestro. Siempre en círculos concéntricos y/o de confianza.
¿Si me veo feo? ¿Cómo me verá mi amiga Támar?
En Europa, África, Asia, América de Trump, América, Oceanía, y las colonias británicas, se consideran medicina todas las técnicas que mejoren el estado del peciente. Se utiliza la meditación para enfermos, la acupuntura (medicina china) para ayudar a movilizar centros que equilibran al humano (seis mil, o cien mil años de historia y práctica), y Anita que es médico chino se tiene que esconder. Las técnicas que comparten diferentes escuelas de psiquiatría, psicología, y que en ocasiones son demonizadas por los de la escuela contraria. Luchas que animan desde el principio de los tiempos la barbarie en el pensamiento. Hace unos días a Carles Francino se le ocurrió decir que la Homeopatía u otra ciencia valuada en el resto del mundo civilizado, era buena… ¡Casi le matan! Porque en España esto es distinto. Aquí el cerebro no existe. La posibilidad de tratarse por las manos de un experto en medicina china, en biología… Aquí no se puede hacer nada que no sea lo de siempre, con los de siempre, como siempre, y con los protocolos marcados por los del butrón de la calle Serrano. Aunque la realidad de los españoles no es está, cada día son más los medicados por depresión, ¿en España, país del sol y tapas? Sí el primer país del mundo en consumo de antidepresivos. ¿Existen alternativas? Millones, pero aquí no se puede. Han echado el cierre a lo que en el resto del mundo SÍ FUNCIONA. Y, si probamos a sonreír… Es una terapia social sin medicamento.
Este vídeo me lo pasa un buen amigo periodista con la siguiente indicación.: ‘Querido Pedro, para hacernos unas risas?, después de verlo le digo: ‘Pues yo me lo creo. No es lo mismo defenderse de los ataques del presunto con alegría y cartera, que hacerlo tieso’.
Que cada uno saque las conclusiones que considere para su buen criterio y funcionamiento. Mi amigo me acaba contestando: ‘Seguro que no les interesa que nos curemos solos. La fe mueve montañas’.
pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
PeriodistO