El complejo hospitalario Ruber Juan Bravo adquiere un nuevo láser ablativo de CO2

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El complejo hospitalario Ruber Juan Bravo ha adquirido recientemente un láser de co2 ablativo que supone una verdadera revolución, ya que permite hacer tratamientos más profundos con menor riesgo y menor tiempo de recuperación para el paciente.

Otras ventajas de este láser son que es capaz del cortar el tejido de una manera controlada, fina y muy precisa, de forma que al practicar una incisión con láser se produce muy poco daño periférico o colateral. Es decir, las áreas cercanas a la zona de incisión no sufren ningún daño y las células, que resultan indemnes, son capaces de reparar la zona operada rápidamente. Este respeto por el tejido, que es característico del láser, hace que el dolor y la inflamación postoperatoria sean muy pequeñas y la curación se inicie muy rápidamente.

El nuevo láser es susceptible de ser utilizado por los Servicios de Dermatología y Cirugía Bucal y Maxilofacial, entre otros. Tal y como explican la Dra. María Calvo, Jefa de Servicio de Dermatología de Ruber Juan Bravo 49 y la Dra. Elisa Pinto, Jefa de Servicio de Dermatología de Ruber Juan Bravo 39, “hasta ahora existían los láseres ablativos tradicionales, que hacen una destrucción total de las capas más superficiales de la piel, lo que supone un riesgo moderado de infecciones u otras complicaciones y un tiempo de recuperación de 2-4 semanas”.

La nueva generación de láseres, tienen una tecnología llamada ” ablativa fraccional”, que consiste en producir unos microdaños en la piel de profundidad variable en función de la potencia elegida, dejando tejido sano alrededor, que será el encargado de regenerar dicho daño de forma más rápida y segura, de forma que por un lado se minimizan los riesgos y los efectos secundarios del tratamiento, y por otro lado se reduce considerablemente el tiempo de recuperación tras a unos 4-7 días.

Las principales indicaciones en dermatología son: rejuvenecimiento facial, marcas de acné, cicatrices y estrías

En opinión del Dr. Manuel Chamorro, Jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial, ”los pacientes que son operados con láser de CO2 presentan un postoperatorio muy bueno. Experimentan muy poco dolor en la zona y por tanto pueden comer y hablar muy pronto tras la cirugía. El grado de inflamación que se produce también es menor que cuando se usa otro tipo de bisturí como el eléctrico o el bisturí convencional, por lo que la incorporación a la vida laboral, escolar o de relación es muy rápida.”

En cirugía maxilofacial el láser se emplea para operar dentro de la boca, siendo muy eficazmente extirpadas lesiones mucosas que forman de manchas blancas (leucoplasias), tumores (benignos y malignos) y malformaciones vasculares, así como la operación de frenillo labial en niños y toma de biopsias dentro de la boca, eliminación de manchas o lesiones en la mucosa de los labios, etc., en adultos.

Fuera de la cavidad oral, en el territorio facial, el láser también tiene importantes aplicaciones. Como en la cirugía del rinofima. El rinofima es una condición patológica de la piel nasal que provoca que ésta se vaya haciendo progresivamente más gruesa y vaya acumulando importantes cantidades de grasa subcutánea, de tal manera que llega a deformarse totalmente la forma de la nariz, especialmente en su punta. Mediante el empleo del láser se corrige este problema de una forma muy adecuada restituyéndose adecuadamente la forma natural de la punta nasal. 

Igualmente se emplea para la eliminación de los xantelasmas, acúmulos de colesterol que se deposita generalmente en la zona interna de los párpados, que toman un color amarillento y antiestético. Se trata esta de una cirugía muy sencilla y cuyos efectos son realmente beneficiosos y muy satisfactorios para el paciente, ya que estas manchas amarillas, en ocasiones sobreelevadas, desaparecen de forma completa y fácil.

Finalmente el láser puede utilizarse también como un bisturí para la piel. Con él se realizan blefaroplastias, que consisten en la eliminación de las bolsas grasas que se acumulan bajo los párpados. La incisión que se realiza en este caso es ultrafina y no va a dejar señal alguna. La mejoría que se obtiene en este caso tras la eliminación de las bolsas palpebrales no sólo afecta positivamente a los párpados, sino que repercute en la estética general de la cara que aparece renovada en su conjunto, más viva y juvenil al desaparecer radicalmente el aspecto “cansado” que estas bolsas originan.

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