“La venda ya cayó y solo quedó la alegría” cantaba Miki Núñez el pasado domingo encima del escenario de OT. Aunque para alegría la suya, ya que el catalán completó el sorpasso a María Villar y fue elegido para representar a España en el Festival de Eurovisión con La venda, una canción compuesta por Adrià Salas, líder de La Pegatina.
El artista, uno de los pocos que había mostrado ilusión por acudir al certamen, asegura que, cuando escuchó el tema por primera vez, pensó que se podía “liar muy parda porque es muy festiva y me va muy bien”. Tras una década en la que han predominado las baladas, el catalán asegura que una canción de este tipo de corte puede suponer “un antes y un después”.
Poco después de conocer la noticia, Miki charló con Alfred, que representó a España en Eurovisión hace menos de un año: “Me dijo que es una oportunidad increíble y que me empapase de todo porque iba a conocer a mucha gente que me puede ayudar en el futuro. Me explicó que es una carrera de fondo en la que no puedes relajarte ni un momento y es lo que quiero, tengo muchas ganas de currar y me voy a dejar la piel”.
Ante esta oportunidad, por la cabeza de Miki pasan muchas cosas pero ninguna de ellas es miedo. Según explica, solo teme “no estar a la altura, aunque ese miedo lo he tenido siempre, incluso dentro de la Academia”. “A lo mejor no hay que verlo como una competición, obviamente vas a intentar ganar pero el objetivo es compartir la música con Europa”, asegura, apuntando que no le preocupa en qué puesto quedará.
Con respecto al proceso que le espera hasta el próximo 18 de mayo, cuando le toque subirse al escenario de Tel Aviv, Miki señala que le gustaría “que todo lo que yo vaya a defender encima de un escenario pasara por mí. Voy a dejarme influenciar por todos los expertos pero quiero dar mi opinión”. Preguntado por las discretas posiciones que se han conseguido en la última década, el artista cree que otros años ha faltado “una puesta en escena más fuerte y provocativa”.
“Dudo muchísimo que María quiera hacer algo mal adrede”
El sexto clasificado de OT 2018 también tiene (buenas) palabras para sus compañeros de preselección, remarcando el apoyo mutuo que se han dado durante este proceso. “No os podéis imaginar cómo nos apoyamos para todo. He encontrado a 15 personas que, si se van de mi vida, sentiré que me falta un brazo”, asevera, indicando que, “todo el rato nos estábamos encontrando el equilibrio: cuando uno estaba de bajón, alguien le subía y cuando alguien estaba crecido, otro le relajaba”.
Una de las polémicas que han rodeado esta preselección ha sido el poco interés en ir que han demostrado personas como María o Natalia. Ambas protagonizaron un protagonizaron un vídeo que se hizo viral en el que pedían el voto para La venda, aunque Miki cree que es fruto de “la malinterpretación que se ha hecho de todas las cosas que hemos ido haciendo, tanto dentro como fuera de la Academia. María y Natalia son unas profesionales y han defendido a muerte sus canciones, dudo muchísimo que María quiera hacer algo mal adrede”.
Con respecto al hecho de que ciertos sectores de la sociedad le miren con lupa por ser catalán, Miki muestra una tranquilidad absoluta: “Es inevitable pero los eurofans son mucho más inteligentes como para meterse en polémicas que solo perjudican a las personas que van a representar a tu país, así que seguro que no lo hacen”. “Hay gente arriba que parece que lo único que quiere es que nos odiemos los unos a los otros. A veces la gente cae y lo consiguen, cuando el odio es lo más feo que hay”, remata.
Para terminar, Miki desvela que, de cara a su primer disco, le gustaría colaborar con artistas como Nil Moliner, Arnau Griso, Txarango, Alfred García o La Pegatina, mientras que a nivel internacional su referente es Matt Bellamy, vocalista de Muse. “Mi disco será pop-rock con contratiempos, quiero algo que se pueda bailar y salga en todos los festivales”, desvela.
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