El Hospital Universitario Rey Juan Carlos incorpora una técnica pionera para tratar el carcinoma de tiroides recurrente

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El Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, ha realizado recientemente el primer caso de cirugía radioguiada para la localización de lesiones ocultas (ROLL, del inglés Radioguided Occult Lesion Localization) en una paciente con carcinoma de tiroides.

Con esta técnica, los servicios de Cirugía General y Medicina Nuclear, junto a la Unidad de Radiología Intervencionista del hospital han intervenido de forma conjunta y con éxito una recidiva de carcinoma papilar de tiroides no palpable y de tamaño milimétrico que ya había sido operada previamente en tres ocasiones en otro centro.

Tal y como indica el Dr. Manuel Durán Poveda, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y que intervino a la paciente, “la técnica ROLL es un método seguro, eficaz y preciso para la localización y resección de recaídas no palpables en zonas del cuerpo que pueden conllevar una elevada complejidad desde el punto de vista anatómico y quirúrgico (especialmente si se trata de una reintervención, como el caso que nos compete), como puede ser el cuello”. Asimismo, “se trata de una técnica reproducible, aunque requiere de una evidente pericia quirúrgica y amplio conocimiento anatómico de la zona a tratar”, matiza.

La confirmación de recidiva se hace de forma previa a la operación por endocrinos, radiólogos y patólogos y, a continuación, el paciente es evaluado en el seno de un comité de tumores multidisciplinar que decide la opción terapéutica más apropiada en cada caso.

Dicho abordaje radioguiado permite localizar lesiones ocultas o de muy pequeño tamaño mediante la inyección preoperatoria de macroagregados de albúmina marcados con tecnecio. Al inyectar el radiofármarco exclusivamente en la zona del tumor (intralesional), continúa el especialista, “este macroagregado se queda depositado en el foco de la lesión sin dispersión, minimizando la radiación, y permitiendo la extirpación del tejido tumoral identificado intraoperatoriamente con una sonda gamma, lo que supone la extirpación completa de la recidiva locorregional del tumor, evitando la extirpación de tejido sano” y minimizando el riesgo de lesión de otras estructuras vecinas.

Ventajas de la técnica

Su uso reduce la morbilidad quirúrgica asociada a una reintervención, por lo que la cirugía radioguiada está diseñada especialmente para tumores recurrentes en los que la reintervención pueda suponer una potencial agresión a otras estructuras consideradas en riesgo de lesión. Por tanto, este abordaje quirúrgico es extrapolable a otros tumores malignos, siendo las lesiones ocultas de mama no palpables y de muy escaso tamaño otra opción terapéutica en la prática clínica. De este modo se evitan las cirugías ‘a ciegas’, lo que redunda en beneficios en términos de resecabilidad, morbilidad y calidad de vida de los pacientes. 

Asimismo, desde el punto de vista de gestión, la cirugía radioguiada también aporta otro tipo de beneficios, ya que “podría realizarse sin necesidad de ingreso hospitalario, de forma ambulatoria, lo que supone una ventaja importante para el paciente”, incide el experto.

Su desarrollo ha sido posible gracias al trabajo multidisciplinar de endocrinos, médicos nucleares, radiólogos, anestesistas, personal de enfermería y cirujanos. De hecho, el proceso implica el trabajo estrecho en equipo del radiólogo intervencionista, que identifica preoperatoriamente la lesión y realiza la inyección intralesional de los macroagregados marcados (radiofármaco), guiada por ecografía sobre el tumor y facilitando el marcaje preoperatorio de la recidiva tumoral; del médico nuclear, que asiste al cirujano en quirófano con el manejo de la sonda gamma localizando el punto de mayor actividad del radiofármaco en piel; y del cirujano, que incide directamente en la zona de mayor actividad que marca el macroagregado sobre la piel accediendo mediante una disección meticulosa de los tejidos a la recidiva tumoral. Una vez extirpada la lesión, se realiza un rastreo con la sonda gamma sobre el lecho quirúrgico para comprobar la ausencia de radioactividad en el mismo.

Para el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, centro de referencia en la Comunidad de Madrid en cirugía endocrina, “esta técnica supone mucha satisfacción, ya que minimiza al máximo las potenciales complicaciones en una patología que asusta mucho al paciente: una recurrencia de un cáncer”, asegura el jefe de su Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo, quien añade que “el comité multidisciplinar añade innovación al trabajo diario”. Asimismo, el Dr. Durán incide en que la técnica ROLL “es una cirugía poco empleada a nivel nacional, pero supone una alternativa clara frente a los abordajes quirúrgicos clásicos en pacientes seleccionados”.

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