La marca de chocolates Trapa lanzaba el pasado mes de noviembre una campaña con la que quería dejar claro su compromiso de eliminar el aceite de palma de sus productos. La acción de la firma chocolatera española no se centró en los problemas que puede conllevar su consumo para la salud sino en cómo afecta su producción al medio ambiente y la fauna en la isla de Borneo.
Con esta premisa, Trapa y la agencia FCB&FiRe diseñaron la “fotografía irrepetible”. Para tomar esta instantánea se desplazaron hasta el continente asiático. Allí, en la propia isla, realizaron una sesión de fotos con la fotográfa Anne Roig y la modelo A. Ivanyuk en medio de la selva. El corto, de cuatro minutos, pretende dejar patente que esa fotografía no podrá ser tomada en el futuro porque su localización será devastada por los responsables de las plantaciones.
En el vídeo, Roig relata que han “conseguido entrar en un bosque primario, que nunca ha sido tocado por el hombre aunque está amenazado por todo su alrededor por todos los campos de cultivo de aceite de palma que existen en Bormeo”. Allí, en mitad de la selva, llevaban a cabo una sesión de fotografías que posteriormente aparecerían en diversas publicaciones. Todo ello, para lograr que Trapa trasladase al consumidor el mensaje relatico a la eliminación del aceite de palma de las nuevas variedades y dejar claro que, este año, no formará parte de ningún producto de la marca.
Autocontrol, contrario al anuncio
Ahora, tal y como relata El Confidencial, la organización Autocontrol habría dado la razón a la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible en sus quejas contra el anuncio de la marca palentina. Según el veredicto emitido de forma privada, puesto que una de las dos partes no quiso participar el proceso, y al que habría tenido acceso dicho medio, la campaña “presenta al aceite de palma como responsable principal y casi exclusivo de la deforestación mediante afirmaciones categóricas y sin matices”.
Asimismo, Autocontrol consideraría la campaña como “engañosa” por aportar unas coordenadas que no se corresponden realmente con un bosque primario. Además, considera que es “denigratoria” porque la información ofrecida tendría por objetivo desacreditar al aceite de palma; esto sería contrario al artículo 9 de la Ley 3/1991 de Competencia Desleal.
¿Qué suponen estas críticas?
Nada, puesto que Trapa no está suscrita al código ético de Autocontrol ni debe someterse a sus normas, por lo que la única manera de parar la campaña sería acudiendo a los tribunales.
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