Auge y caída del Grupo Zeta: así se hundió el imperio de la familia Asensio

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Fue uno de los gigantes mediáticos durante varias décadas pero su fuerza se fue diluyendo con el paso de los años. El nuevo milenio le deparó una cascada de EREs y cierres que derivó en una situación insostenible y ahora, tras una tensa y complicada negociación, una nueva etapa se abre en el Grupo Zeta tras la más que probable compra de la compañía por parte de Prensa Ibérica, la editora que comanda Javier Moll.

A falta de confirmación oficial, Prensa Ibérica se hará con Zeta en una puja en la que ha tenido que competir fieramente con Mediapro, Vocento y Henneo. Especialmente dura ha sido la batalla con Jaume Roures, que ha mostrado un gran interés por adquirir el grupo para así completar su reinado mediático. Consciente del decisivo momento político que se vive y de la influencia que posee El Periódico, el catalán puso toda la carne en el asador para llevarse el gato al agua pero su perfil independentista provocó “muchas interferencias” en las negociaciones, tal y como admitió el propio Roures.

La idea de la familia Asensio siempre fue vender Zeta a un alto precio y en bloque para no dividir el peso de la compañía en una puja en la que sólo sería capaz de colocar “con facilidad” El Periódico y Sport. Estas diferencias hicieron imposible el acuerdo, por lo que el grupo decidió paralizar la venta hasta después de verano.

Una vez cerradas las sombrillas, la editora volvió a ponerse manos a la obra para encontrar un comprador. Prensa Ibérica, Mediapro y Vocento tomaron posiciones rápidamente para hacerse con la empresa, aunque la tercera se cayó de la puja poco tiempo después debido a las altas pretensiones económicas de Asensio.

Pese al interés de Henneo, todo parecía indicar que Roures sería el elegido tras aceptar adquirir el grupo entero y no solo El Periódico y Sport… hasta que (re)apareció Javier Moll. El responsable de Prensa Ibérica decidió realizar una contraoferta e iniciar un duelo a dos por el control de Zeta. Tras unas semanas de indecisión, la balanza se decantó por Moll, que consiguió una quita del 70% de la deuda. Aunque el caso parecía cerrado, Roures no había dicho su última palabra y presentó hace unos días una oferta de 40 millones de euros, por lo que la situación podría dar un giro de última hora, aunque todo hace pensar que Prensa Ibérica será finalmente la ganadora de esta batalla.

Ola de despidos y desaparición de cabeceras míticas

El nuevo propietario de Zeta se enfrentará a una situación complicada. El brillo de antaño desapareció y los recortes se han convertido en una constante en los últimos años. Sin ir más lejos, la plantilla de El Periódico perdió a más un centenar de profesionales en 2018, además de sufrir duros recortes salariales, mientras que Sport también se ha visto afectado por la ola de despidos.

Tras la venta de Ediciones B, uno de los puntos álgidos de la crisis de Zeta fue el cierre de Tiempo e Interviú, dos de las publicaciones más icónicas de las últimas décadas del siglo pasado. Pocos meses después, el grupo también optó por esta drástica medida con Primera Línea, que se despidió de los lectores a finales de 2018. Más allá de esta epidemia de clausuras, la situación de las revistas supervivientes no es especialmente boyantes. Un buen ejemplo de esta debacle es Cuore, que se ha dejado al 60% de sus lectores en cuatro años.

Por tanto, el nuevo propietario del Grupo Zeta deberá revertir esta tendencia negativa y devolver a las cabeceras de la editora a la senda del éxito. La implantación de los muros de pago y la caída de las ventas en papel serán otros de los retos que asumirá la empresa que se haga cargo de la compañía, que tiene ante sí una oportunidad única para renacer.

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