Pese a la batería de cambios introducidos, MasterChef 7 no ha notado ni un ápice el desgaste del formato, que va camino de consolidarse como uno de los más veteranos de la televisión española. Pepe Rodríguez, juez del programa, analiza para prnoticias cómo es el casting de este año, cuál es la clave del éxito del espacio y cómo vivió la salida de Eva González.
“Estoy encantado, es como si fuese la primera o la segunda temporada”, explica el cocinero, que se muestra tremendamente ilusionado ante esta nueva edición. Con respecto a los integrantes del casting de este año, Pepe Rodríguez asegura que “los aspirantes son muy buena gente, nobles y no vienen buscando el rollo televisivo”.
El chef se ha ganado el cariño del público gracias a su personalidad cercana y amable, aportando el contrapunto necesario a un programa que vive de la tensión constante: “Siempre busco el chascarrillo rápido. Me encanta ver programas donde aparece el humor para poder aprender, me viene bien para MasterChef. Podría ver cosas de cocina pero no, veo de humor, creo que el programa necesita mucho humor y yo intento dárselo”.
Cuestionado acerca de cuál es la clave del éxito del formato, Pepe cree que “tiene un poco de todo, es como una buena ensalada”. “El jurado es el mismo, la gente debería estar aburrida pero no, vemos que el público nos quiere y nos sigue. Los giros de guion, cómo está planteado, cómo se graba, dónde rodamos… Hay 200 personas haciendo un programa que son los que de verdad saben hacer televisión, nosotros lo único que hacemos es seguir el hilo que nos marcan”, indica.
“Perdono las equivocaciones pero no la desidia o el vacile”
Esta edición también contiene un mayor enfrentamiento entre los tres integrantes del jurado, que intentarán demostrar sus habilidades en cocina como si fueran un concursante más: “Nos vamos a picar un poquito más. Al final, todos somos competitivos y nos gusta ganar. Cuando no gano, me voy dolido, soy un ambicioso súper comedido. Me gusta aspirar al máximo sabiendo que, como ser humano, la pifio y tengo más defectos que nadie, por eso también perdono al concursante. Perdono que se equivoque en cocina, lo que no perdono es la desidia o el vacile”.
Por último, Pepe explica que vivió el adiós de Eva González “de una forma natural, esto es un negocio”. “Fue fácil para nosotros porque prácticamente ya éramos presentadores, ella hacía una pequeña transición. Eva sabía que MasterChef no era el programón de su vida, siendo consciente de que estaba en un formato gigante y que no podía tener más papel porque el programa iba de gastronomía y los jueces tienen mucho peso”, apunta, una reflexión muy similar a la realizada por Samantha Vallejo-Nágera, que aseguró que el formato “molaba más” sin Eva.
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