La estrategia de comunicación del Popular, clave en su desaparición para los peritos del Banco de España

Publicidad

La relación entre una buena comunicación y unos buenos resultados se ha reseñado desde hace tiempo gracias al efecto que tiene respecto al usuario, consumidor o sector en el que una empresa trabaja. En el lado opuesto, el negativo, los efectos son proporcionales y una crisis puede incidir incluso en la viabilidad de una compañía, tal y como nos contaba hace unos días el responsable de comunicación de Dircom, Álvaro Rodríguez.

En el caso del Popular, el análisis de la estrategia de comunicación durante su caída no lo han hecho ni la opinión pública ni sus stakeholders sino los peritos del Banco de España. Estos han remitido un informe de más de cuatrocientas páginas al magistrado José Luis Calama, que investiga la quiebra de la entidad y sus causas. Cabe destacar que la investigación descarga de responsabilidades a los administradores del banco indicando que sus expresidentes Ángel Ron y Emilio Saracho sí llevaron a cabo las medidas necesarias para su continuidad.

En todo caso, al margen de dichas medidas, los peritos indican que las estrategias comunicativas incidieron en la desaparición del banco. Así, el informe ahonda en el papel que tuvieron los medios de comunicación y la propia estrategia de la institución reseñando que “la falta de comunicación por el Banco Popular de una estrategia clara para cumplir con el aumento de requerimientos de capital en el año 2018 acentuó la inestabilidad de la valoración del Banco. En este sentido, fue premonitorio el comentario de un inversor que decía que estaban poniendo al Banco en riesgo de una fuga de depósitos y que por qué no se había comunicado algún aspecto positivo”.

La entidad presidida por Saracho no hizo por luchar contra la corriente informativa negativa, lo que provocó una bola de nieve que generó la sensación de que la desaparición era inminente. Sin embargo, los números reflejan que el banco sí era solvente y que los problemas vinieron provocados por el sobresalto que vivieron los clientes ante las malas noticias.

Los peritos también destacan el papel de unas declaraciones imprecisas del presidente y su impacto: “la situación se tranquilizó una vez pasado el impacto de las declaraciones, relativamente imprecisas, del nuevo Presidente en la Junta de Accionistas de 10 de abril advirtiendo que podría requerirse aumentar el capital o, incluso vender el Banco”.

Además, inciden en que la unión de una pérdida de confianza entre los clientes con la publicación de informaciones negativas, supuso la retirada de una notable cantidad de depósitos: “a partir del 11 de mayo la situación volvió a desestabilizarse. No es posible conocer las causas de esta situación salvo que como, hemos dicho antes, existía una pérdida de confianza en el Banco en un momento en el que era el foco de atención de los medios de comunicación. No obstante, nos parece oportuno señalar dos noticias que, por la gravedad de su mensaje y por coincidir en el tiempo con impactos relevantes de la cotización en Bolsa y retiradas de depósitos significativas, pudieran tener relación con esta desestabilización”.

Así, queda patente una vez más la relación entre el trabajo de una buena reputación y la confianza de los clientes que, en caso de no haberse trabajado correctamente, puede incidir notablemente no sólo en la imagen de la firma sino en su viabilidad futura.

Seguiremos informando…

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil