La mayor parte de los cánceres colorrectales en adultos jóvenes tiene una posible causa de origen ambiental, y alrededor de un 20% causa genética hereditaria conocida

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El cáncer colorrectal es el tumor maligno más frecuente en España y la segunda causa de muerte por cáncer. Aunque las probabilidades de padecerlo aumentan a partir de los 50 años, los casos de aparición temprana (en población menor de 50 años, o incluso antes de los 30) se han incrementado en los últimos años, siendo la mayor parte de posible origen ambiental y alrededor de un 20 por ciento de ellos de causa genética hereditaria conocida.

Con el objetivo de poner en valor la importancia de esta enfermedad y la necesidad de seguir avanzando en el conocimiento de sus características clínicas y genéticas en pacientes jóvenes, la Fundación Jiménez Díaz organizó recientemente el 1st Early-Onset Colorectal Cancer International Symposium, que contó con la participación y asistencia de destacados expertos nacionales e internacionales.

Según explica el Dr. José Perea García, del Servicio de Cirugía General del hospital madrileño y uno de los coordinadores del simposio, “se abordaron los diferentes aspectos de la enfermedad en pacientes jóvenes que se encuentran fuera de los circuitos de cribado poblacional, desde su epidemiología y posibles factores de riesgo, componente genético hereditario y manejo quirúrgico, hasta las últimas innovaciones, tanto clínicas como de investigación, registradas en este ámbito”. “Para ello, contamos con ponentes de primer nivel, y sin olvidarnos -añade- del papel del paciente en la enfermedad”.

Síndromes de cáncer hereditario

En cuanto a los factores de riesgo propios del cáncer colorrectal en jóvenes, poco hay todavía estudiado, siendo la obesidad un factor de riesgo asociado en la población norteamericana, aunque también está presente en el cáncer colorrectal que surge a edades más tardías.

Algunos síndromes hereditarios también pueden predisponer a padecer esta enfermedad. Los más frecuentes y conocidos son el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar. “En el caso del síndrome de Lynch, se han de valorar factores como la edad y la posibilidad de realizar cirugías más extensas para evitar el riesgo de aparición en los años sucesivos de otro cáncer colorrectal (metacrónico); mientras que en el caso de las poliposis adenomatosas familiares clásicas se realizan cirugías profilácticas debido al elevado riesgo de desarrollo de cáncer sobre los pólipos”, apunta.

En cuanto al tratamiento, aún no se han identificado marcadores o dianas terapéuticas particulares para el cáncer colorrectal de aparición temprana, por lo que la estrategia terapéutica es la misma que en los casos de detección tardía. “Hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías de laboratorio, como el análisis de exoma completo o el diseño de paneles genéticos específicos, han servido para identificar nuevos genes implicados en este tipo de cáncer que ayudarán en un futuro inmediato en el diagnóstico de posibles casos hereditarios”, asegura el Dr. Perea.

Otro aspecto abordado en el simposio fueron los casos diagnosticados en enfermedad avanzada, con carcinomatosis o enfermedad metastásica. Tal y como matiza el cirujano, “en estas situaciones, debido a que se trata de pacientes jóvenes, se plantean procedimientos más extensos o agresivos, dada la reserva funcional mayor, que si se tratara de grupos de edad más avanzada”.

Asimismo, durante el encuentro también se presentó un trabajo multicéntrico para el estudio de las diferentes vertientes de este tipo de cáncer. Iniciado a nivel nacional, se está organizando en el ámbito europeo junto con colaboraciones de Estados Unidos y está siendo coordinado por el Dr. Perea.

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