Marcos de Quinto, de fichaje estrella de Rivera a problema para la comunicación de Ciudadanos

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Consciente de la importancia de las elecciones generales del pasado 28 de abril, Albert Rivera decidió emprender una política de incorporaciones que supusiera el empujón decisivo que necesitaba Ciudadanos en la carrera electoral. Menos de medio año después, uno de sus fichajes estrella, Marcos de Quinto, se ha convertido en un problema constante para el equipo de comunicación del partido naranja.

El exdirectivo de Coca-Cola provocó un gran revuelo en las redes sociales después de que publicase varios mensajes en su cuenta de Twitter en los que llegó a llamar “bien comidos pasajeros” a los pasajeros del Open Arms. Además, tildó a Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, de “imbécil” y “mantenido” y llamó a otro usuario “troll de mierda”. Tras el calentón, Marcos de Quinto colgó un mensaje en el que emitía una disculpa a medias y acusaba a sus detractores de “deficitarios educacionales”.

Esta polémica llevó a César Zafra, secretario de Organización de Ciudadanos en Madrid, a intentar calmar los ánimos. El también diputado en la Asamblea remarcó ante los medios que “no se debe entrar a valorar tuits personales”, desmarcando la posición del partido de la opinión de Marcos de Quinto para así intentar extinguir esta nueva crisis de comunicación.{wbamp-show start}

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No es el primer ‘incendio’ que provoca de Quinto en las últimas semanas. Sin ir más lejos, el nuevo miembro de la Ejecutiva Permanente de Ciudadanos afirmó que la condena de uno de los secuestradores de Ortega Lara no era la adecuada, proponiendo que el criminal pasase “532 días en un zulo sin garantías de que pueda sucederle”, algo que contraviene las leyes españolas.

Lejos quedan aquellas palabras con las que Albert Rivera presentó a Marcos de Quinto (“España se merece ministros como él en el Gobierno”). Del entusiasmo que generó su incorporación en las filas de la formación naranja queda poco e incluso algunos miembros del partido se han apresurado a exigir a su líder que “desautorice públicamente” al diputado, que ha pasado de fichaje estrella a generador de crisis de comunicación en tiempo récord.

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