El Procés…

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Páginas y ríos de tinta, titulares, informativos en directo, en diferido, desde la locura de la república de catalonia para ustedes… Opinadores que de todo saben, y tienen la última información sobre como ha miccionado Puigdemont, o qué piensan los Pujol sobre su fallida realidad, el negocio republicano de las ITVs, y la salida del niño de la celda, que nunca debió dejar con todo nuestro dinero.

La culpa es de aquellos que anunciaban a los cuatro vientos que en Cataluña no pasaba nada, que la inmersión lingüística no existía, y que la educación, al igual que en el País Vasco, estaba en manos del concierto social de todos, y dependía su vigilancia del espíritu del gobierno central de turno. Educación, sanidad, pensiones… ¡Irrenunciable!, pero por desgracia, la realidad, es que es diferente en cada autonomía del Estado español. Y algunos de los admirados comunicadores del momento, entre los que destacaba por su labor Luis del Olmo, se echaron al monte de contar que todo era perfecto, incluyendo las adjudicaciones de antenas, emisoras… que una vez más, por culpa de los de siempre, y de sus intereses, nos ha llevado a seguir en 2019 sin tener una radio digital real, sin adjudicaciones y libre, como lo es Internet, y en el resto del universo, excepto Venezuela.

Todo esto mantenido por el presupuesto de indecencia llegado de la Administración de turno, que con su dinero genera capas de invisibilidad para los problemas que preocupan. A parte es el tratamiento de los territorios ya citados, en los que el movimiento político en los Medios de comunicación es de una altísima rentabilidad, a la vista. Todo ello se produce dentro de un tiempo, un lugar y una realidad que nace y desemboca en un Procés

En esto del Procés hemos visto como los hombres del tiempo procedían de las mismas escuelas, y veían los mismos nubarrones, asistimos a ver como se colocaba con calzador a tertulianos que mal pronuncian el castellano, y sienten odio por todo lo que huela a español… Todo en la búsqueda de una normalidad que nunca Existió, y de seguro no Existirá, porque nunca ha sido de ida y vuelta, por la locura de centrifugar una sociedad en busca de una salida para los que la roban y la vacían. Y esto no quiere decir que Cataluña no es España. Los Catalanes son diferentes, como lo son Vascos, Andaluces, Gallegos, Riojanos, hasta los paisanos del Condado de Treviño tienen derecho a ser diferentes. ¿Por qué tenéis que ser todos iguales, y pensar lo mismo?{wbamp-show start}

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Esto es otro Procés, pero de tipo mental y evolutivo. Nada es perfecto, ni la blancura del Vanish con efecto lejía. España es un país descosido por los poetas que la narran. Ésta es la verdad más palpable de cómo se empeñan los humanos en destruir algo que es bueno y querido por todos. Admiro y amo profundamente a las personas, a los paisanos, al paisanaje, y allí, aquí o allá, me siento igual. Igual de mal si estoy rodeado de gentuza, y encantado si con los que comparto son buenas gentes que me consienten. Luego todo es un Procés, una ‘evolucio’. Y, si la historia, que no está escrita, dice que ha de ser así, así será.

En este momento la sociedad española, bueno algunos, o muchos, o unos cuantos y cuantas, eso sí, están esperando ver la ‘evolucio’ del Procés hacia adentro. Nos han vuelto locos con un juicio que se ha visto hasta en la estación espacial, con luz, taquígrafos y un coñazo de horror… Y, la montaña parió un ratón. Una gran mentira que el resto de los españoles tienen que entender cuando es incomprensible. Y, no es un tema de venganza ni de penas más altas y ejemplarizantes… El problema es quién es capaz de cercenar el deseo de una sociedad de estar en un permanente Procés de revisión, aunque éste, esté en manos de los más anormales.

En mi Procés mental personal he llegado a la conclusión de que me encanta y horroriza, por partes iguales este incomprensible mundo. Me hace gracia contemplar cómo son los humanos y las cosas que les preocupan, y cada día estoy más cerca de entender menos porque todo en la vida tiene que tener un Procés… Para nacer hay que cumplir uno, para vivir otros miles, para morir otro… ¡Hasta para morir! Me marcho para empezar mi Procés de transformación que llega el frío. En busca de mi peluquín perdido. Que ¿cómo me encuentro? Sería muy redundante, pero en Procés… jajajajajaja… ¡Humanos!

Y, para que no queden dudas, lo que preocupa a casi todas y todos es qué pasa con el dinero invertido, y fugado para la gran fiesta del engaño de la república independiente de… ¡ufff qué cansado estoy!, de eso, del dinero, nunca se volverá a hablar. Porque todos roban y se les sentencia pero ninguno devuelve lo robado. Lo decían los romanos en sus invasiones: ‘Trinca trincando que te vamos petando’.

Seguiremos Informando…

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