Las televisiones ponen en jaque a Luis Rubiales tras el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí

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La Supercopa de España se ha convertido en un nuevo quebradero de cabeza para Luis Rubiales, que apostó por renovar el torneo a través de un nuevo formato y un cambio de ubicación. Este último detalle no ha gustado nada a gran parte de la sociedad, que ha criticado la decisión de RFEF de llevarse el campeonato a Arabia Saudí, un país que no respeta los derechos humanos. Dicha protesta ha sido secundada por los principales grupos mediáticos, que ya han anunciado que su negativa a emitir el trofeo a causa de su nuevo emplazamiento.

La primera que manifestó su desacuerdo con la decisión de Rubiales fue RTVE, que confirmó que no entrará en la puja por los derechos de retransmisión de la Supercopa de España. “En ese país se conculcan los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres. Es un país donde las mujeres no podían ir al fútbol hasta hace muy poco, tienen un espacio especial para ellas en los estadios… En fin, que se conculcan los derechos humanos que esta casa entiende que son prioritarios y primordiales en el deporte femenino, lo que va en contra de la filosofía de la Corporación.”, remarcó Jesús Álvarez, jefe de Deportes de Informativos de TVE.

Tras la renuncia de RTVE, Mediaset y Atresmedia, los otros dos grandes grupos televisivos en abierto, se sumaron a la decisión del ente público y rechazaron unirse a la puja. La frágil posición de la RFEF continuó debilitándose tan solo unas horas más tarde, cuando Gol confirmó que Mediapro tampoco intentaría hacerse con el torneo: “Esta casa nunca apoyará que se lleve un evento deportivo a un país que vulnera los derechos humanos”.

El progresivo rechazo que ha ido encontrar la RFEF en los principales grupos mediáticos podría poner en problemas la celebración del torneo, cuya viabilidad económica depende de la venta de los derechos de emisión. Las perspectivas no son buenas para la Federación, ya que sería muy extraño que Movistar+ y Discovery, las dos únicas compañías que aún no se han pronunciado al respecto, apostasen por hacerse con el torneo debido a las graves críticas que les granjearía esta decisión.

Este desarrollo de los acontecimientos ha hecho que Luis Rubiales se encuentre entre la espada y la pared. El responsable de la RFEF no puede echarse atrás debido al contrato que ha firmado con el país árabe y ninguna de las grandes cadenas se arriesgará a comprar el torneo con toda la polémica que esta compra acarrearía, lo que pondría en peligro su celebración por motivos económicos. Cabe destacar que, sin contar con los premios por posición, la RFEF tiene que desembolsar más de 20 millones de euros a los clubes que participan, una cantidad que no puede afrontar sin la venta de los derechos televisivos.

Con este panorama, Rubiales tiene varias opciones aunque ninguna de ellas es del todo satisfactoria. Por un lado, el responsable de la RFEF podría romper el contrato con Arabia Saudí y asumir la penalización correspondiente; por otro, podría buscar fórmulas alternativas de financiación para no depender de las televisiones a través de nuevos patrocinadores. La tercera vía, la más complicada de todas, pasa porque el directivo encuentre una cadena que asuma el riesgo y emita la competición, lo que pasaría por una más que segura rebaja del precio de los derechos.

Rubiales, de polémica en polémica

Pese a llegar al poder con la vitola de regenerador del fútbol español frente a los desmanes de su antecesor, Ángel María Villar, el mandato de Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha estado plagado de escándalos. Sin ir más lejos, este mismo mes el directivo ha tenido que hacer frente a otra polémica a causa de los derechos de retransmisión de la Copa del Rey.

Tras dejar desierto el concurso en dos ocasiones, la RFEF acabó otorgando los derechos del torneo a Mediaset pese a que la oferta presentada por Mediapro en el anterior concurso era sensiblemente superior, ya que el grupo de Fuencarral se ha hecho con la Copa del Rey por 80 millones de euros, 20 menos de lo que ofreció la compañía que dirige Jaume Roures. “Este hecho confirma que la decisión de la RFEF de no adjudicar los derechos a Mediapro ha sido gravemente lesiva para sus propios intereses así como, sobre todo, para los de los equipos participantes que son acreedores de más del 90% de los importes recaudados”, apuntó la empresa tras conocerse la decisión de la Federación.

“Mediapro ha puesto en manos de su asesoría jurídica todo lo sucedido en este proceso, con el propósito de que tanto la RFEF como las personas responsables de las decisiones adoptadas por esta institución hagan frente a las reclamaciones que procedan por los perjuicios causados a este grupo”, añadió, lo que asegura una perpetuación del conflicto que mantienen Rubiales y Roures.

Pero los escándalos en torno a la figura de Luis Rubiales no acaban aquí. El presidente de la RFEF se ha tenido que enfrentar esta misma semana a un nuevo problema causado por su mala gestión del banquillo de la Selección, que volverá a ser ocupado por Luis Enrique tras finiquitarse la fase de clasificación para la Euro 2020. Más allá de la buena noticia que supone el regreso del entrenador tras su ausencia obligada, llama la atención el maltrato y la humillación pública a la que el dirigente ha sometido a Robert Moreno, que asumió las riendas en un momento complicado y ha completado un buen papel al frente del combinado.

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